H. Knight
ACTUALIDAD
Addison tiene veinticuatro años y Jaxon veintiséis.
ADDISON
No quería volver a Wyoming, pero sabía que era el momento. Necesitaba ver a mi tío Braxton y necesitaba entrenar a mi loba.
Mi loba apareció tarde y finalmente me transformé a los veinticuatro años. Mi madre era loba, pero mi padre no; era humano. La mayoría de la gente creía que no tenía una loba por eso, pero yo sabía que no era así. En el fondo, sabía que estaba ahí, solo que se estaba tomando su tiempo. Creo que tenía más que ver con el trauma de haber perdido a mis padres tan joven. Tío Braxton había querido que viera a un especialista, pero yo me había negado. Yo estaba bien siendo un bicho raro.
Así que, cuando me transformé por primera vez estando en España, supe que estaba metida en un buen lío. Rápidamente llamé a mi tío Braxton y se lo conté, y él estuvo de acuerdo en que lo mejor que podía hacer era volver a casa. Así que aquí estaba, con Tye, Taylor, a mi lado. Si las personas que siempre se burlaron de mí pudieran verme ahora… Por fin tenía a mi loba y era una loba fuerte, más grande que la mayoría según Tye, y no podía esperar a volver y demostrarles a todos lo equivocados que habían estado.
Tye y yo habíamos estado viajando juntas durante el último año. Yo estaba centrada en mi arte y Tye en el suyo. Las dos éramos artistas, aunque yo prefería un pincel o un lápiz mientras que ella prefería una lente.
Era una loba... Una loba solitaria que decidió abandonar su manada tras graduarse en la universidad. Llevaba la separación mucho mejor de lo que yo pensaba, pero supuse que era porque viajábamos mucho.
Al igual que yo, le gustaba estar sola, tanto que vivía conmigo en un apartamento fuera del campus. Me sorprendió que su Alfa estuviera de acuerdo, y me sorprendió que su Alfa aceptara que se convirtiera en una loba solitaria... pero creo que aquello tuvo que ver con Braxton.
Tye me cogió de la mano mientras el avión aterrizaba. Braxton me había dicho que podíamos coger el avión privado de la manada, pero yo no quería que Jaxon se enterara de mi regreso. Él era una de las razones por las que me había mantenido alejada durante los últimos seis años.
Pensar en Jaxon hacía que me doliera el pecho. No esperaba sentir algo tan fuerte por él casi seis años después... Pero aquí estaba. El agarre de Tye se hizo más fuerte y respiré hondo para calmar los nervios. Incluso después de un año viajando y volando, Tye seguía nerviosa durante el despegue y el aterrizaje.
Una vez que aterrizamos nos permitieron desembarcar. A estas alturas, mis nervios estaban por las nubes. Había intentado mantener la compostura durante el vuelo, pero cada vez me costaba más. Intentaba pensar en otra cosa, en cualquier otra cosa. Sabía que no era la única que lo estaba pasando mal. Sabía que Tye también lo estaba pasando mal, pero no había dicho nada.
―Sé que estás nerviosa ―me dijo Tye, rodeándome los hombros con el brazo mientras caminábamos por el aeropuerto hacia la recogida de equipajes.
Respiré hondo y asentí con la cabeza.
―No sé si podré enfrentarme a él ―dije negando con la cabeza.
―Sí, pero Braxton dijo que no se lo dijo a nadie, así que no tendrás que verlo todavía ―razonó Tye.
Braxton me había prometido que mi regreso sería una sorpresa y que podría reunirme con la gente al ritmo que quisiera. De algún modo, parecía saber que yo no quería ver a Jaxon, si es que quería. Aunque nunca le había contado lo que había pasado, ¿quizá Jaxon sí? Braxton era ahora el Gamma de Jaxon y siempre habían estado muy unidos, incluso antes de que yo me fuera.
―Lo sé, pero sigo siendo un desastre ―dije, sintiendo que en cualquier momento iba a llorar.
Me apartó y me abrazó. Lloré. Lloré por un hombre para el que no significaba nada. Por un hombre al que me entregué a los diecisiete años. Un hombre que me dejó sola en un granero después de quitarme la virginidad. Un hombre que me evitó hasta que finalmente me fui a Nueva York. Un hombre que ni siquiera se despidió. No había llorado por él en años pero aquí estaba yo, llorando por él. Él no merecía mis lágrimas, pero al mismo tiempo sí.
¿Fue culpa mía?
―Respira hondo ―dijo Tye, frotándome los hombros.
―Vale ―dije, secándome las lágrimas. Podía hacerlo... No tenía otra opción.
Caminamos juntas hasta la recogida de equipajes y cogimos nuestras maletas. Las dos llevábamos una maleta grande de aluminio porque ambas teníamos muchos objetos de valor. Vivir con una maleta durante el último año había sido estresante. Una parte de mí se alegraba de estar en casa, de tener una cama, una cómoda y un armario.
Aunque me encantaba viajar, echaba de menos tener un lugar al que llamar hogar. Diablos, aunque no quisiera estar aquí... Este era mi hogar. El único lugar donde me había sentido segura y querida.
Salimos con el equipaje de mano en una mano y la maleta facturada en la otra. En cuanto nos dirigimos hacia la puerta de salida, mi tío atravesó corriendo las puertas automáticas directo hacia mí. Braxton me abrazó y me hizo girar. Dejé caer las maletas y le devolví el abrazo, soltando una carcajada.
No le había visto desde su graduación hacía un año. Tenía el mismo aspecto que entonces.
―¡Te he echado de menos, Addison! ―dijo, poniéndome de nuevo en pie.
―Te he echado de menos ―le dije, dándole otro abrazo. Era mi única familia y estaba muy agradecida de tenerlo.
―Taylor, me alegro de volver a verte ―dijo, haciéndole un gesto seco con la cabeza a Tye. Casi había olvidado que ella estaba ahí, de pie. Tye evitó mirarle a los ojos y le dedicó una sonrisa incómoda.
Tye y Braxton eran compañeros. Se enteraron cuando se conocieron en la graduación, pero Tye lo había evitado desde entonces. Me sorprendió que volviera conmigo. Creo que en parte estaba preocupada por mí, y sabía que en algún momento tendría que enfrentarse a Braxton. Nunca habíamos hablado de que eran compañeros, pero yo sabía que ella nunca lo rechazaría. No la presioné para que hablara de ello, y la conocía lo suficiente como para saber que cuando estuviera preparada o quisiera hablar, lo haría.
―Me llevaré esto ―dijo Braxton, cogiendo nuestras maletas. Cogí a Tye de la mano y le seguimos fuera del aeropuerto. Era divertido verle hacer malabarismos con cuatro maletas, pero lo hacía parecer fácil. Como todo lo demás que hacía. Sacudí la cabeza y subí al asiento trasero con Tye. Sabía que podría haberme sentado delante, pero sabía que Tye ya se sentía incómoda en el mismo coche que su compañero y quería tranquilizarla un poco.
―¡No puedo esperar a ver a tu loba! ―dijo Braxton una vez que estábamos en la carretera.
―Es preciosa ―dijo Tye, cariñosa conmigo. Negué con la cabeza a los dos.
―Sé que quieres tomarte las cosas con calma, así que iremos directamente a casa y las dos podréis descansar en una cama decente. Mañana podrás contarme todas tus aventuras y, cuando estés lista, podríamos salir a correr juntos ―divagó Braxton.
―Parece que lo tienes todo planeado ―Me reí.
―¡Addison, no tienes ni idea de cuánto te he echado de menos! ―dijo, sacudiendo la cabeza.
―Sé que no quieres ver a la gente todavía, así que podemos lidiar con eso sobre la marcha. Les dije a Hale y Alaina que ibas a volver, tenía que hacerlo. Pero no le he dicho nada a nadie más. Alfa Jaxon está fuera con Beta Mason, así que Hale se ha ocupado de todo ―explicó Braxton.
―Olvidé que se había hecho cargo de la manada ―dije, bajando la mirada hacia mis manos. Podía sentir los ojos de Tye sobre mí, y negué con la cabeza. Ella lo sabía, pero Braxton no. Al menos, yo no se lo había dicho.
―Sí, hace tres años. Han cambiado muchas cosas en la manada ―dijo Braxton.
―Pero no volverá hasta dentro de una semana, así que no tienes de qué preocuparte ―volvió a decir, sacudiendo la cabeza.
―¿Qué quieres decir? ―pregunté, mirándole mientras conducía. Suspiró y negó con la cabeza―. ¿Cuánto sabes? ―le pregunté.
―Addison, no hace falta ser idiota para saber que algo pasó entre vosotros dos. Volviste a la mañana siguiente y no dijiste una palabra. Y te fuiste, y él ni siquiera se despidió. Tiene suerte de que no lo haya matado. Diablos, Hale casi lo mata ―dijo Braxton.
―No hizo nada malo ―dije, defendiéndole.
―Puede que fuera consentido, pero hay otras cosas que no sabes, y yo ni siquiera lo sabía hasta hace un año ―dijo Braxton.
―¿Qué quieres decir? ―pregunté.