
Mi novia falsa
Athena, cocinera de un restaurante de lujo, se sorprende cuando su jefe le presenta al dueño, que es Ares, amigo suyo del instituto.
El shock se acentúa cuando Ares la despide y le ofrece un trato: ser su novia falsa durante seis meses y él le dará un restaurante propio.
Mientras llevan a cabo su farsa , todos llegan a adorar a Athena, y Ares empieza a enamorarse de ella. Incluso Athena empieza a sentir una chispa, hasta que descubre la dolorosa verdad.
¿Se convertirá su teatro en algo real o la verdad que se esconde tras la elección de Ares los separará?
Capítulo 1
ATHENA
一¡Athena, dos filetes de salmón!
一¡Sí, Chef! 一Me limpié el sudor de la frente y luego me lavé las manos antes de coger dos filetes rosados y frescos. Derretí mantequilla en una sartén mientras los sazonaba, luego los eché a freír.
一Athena, ¿cuánto les falta a las vieiras?
Le di a la otra sartén una sacudida, comprobando su color. 一¡Treinta segundos, Chef!
Me encantaba el caos, sobre todo en la cocina. Era ruidoso y desordenado, pero también gratificante.
Cogí un plato llano y serví con cuidado las vieiras antes de añadir vino blanco a la sartén. Mientras se cocinaba a fuego lento, añadí ajo picado, chalotas y, el ingrediente secreto de mi padre, un poco de pasta de anchoas.
Mi padre me había enseñado casi todo lo que sabía: a cortar las verduras en rodajas finas sin hacerme daño, a hacer una deliciosa salsa bearnesa, y a cronometrarlo todo a la perfección.
Cuando tenía apenas cinco años, me retó a cocinar un filete por encargo.
Puede que hayan llamado a los bomberos.
Nos reímos mucho de ello.
Veinte años después, tenía el trabajo de mis sueños en un famoso restaurante de Los Ángeles.
Papá quería que trabajara con él en su restaurante de Nueva York, pero me negué. Quería hacer mi propio camino, valerme por mí misma. Quería demostrar que valía como chef sin la ayuda de mi padre. Quería que se sintiera orgulloso.
Eché un poco de la salsa sobre las vieiras y pasé el plato a la fila de detrás de mí. 一¡Comanda lista! 一Luego le di la vuelta a los filetes de salmón para dorarlos por el otro lado.
Cuando le dije a mi madre que me mudaba a Los Ángeles, ella me apoyó, lo que hizo que mi padre se encerrara en su habitación. Mis hermanos mayores, Jayson y Jackson, también se enfadaron.
一Todavía puedes cambiar de opinión, ya sabes... 一me dijo Jayson en el aeropuerto, haciendo un mohín.
Negué con la cabeza. 一Sabes que no lo haré.
一Quizá podríamos buscar todos trabajo en Los Ángeles 一dijo Jackson, lo que hizo que a papá se le iluminara la cara.
一¡No digas tonterías! 一Le di una palmada en el brazo y lo fulminé con la mirada por darle ideas a papá. Quería a mi familia, pero necesitaba hacer esto por mi cuenta.
Mientras emplataba los dos filetes de salmón, el Chef volvió a gritar.
一¡Athena, dos pollos y otro salmón!
Aceleré el paso y me tomé un breve descanso para beber de mi botella de agua.
一¡Dos costillas al punto menos!
Los añadí a la parrilla y sazoné el salmón.
一¡Chuletas de cerdo!
Cogí dos para empezar a cocinar, luego comprobé el pollo.
一¡Athena!
一¡Sí, Chef! 一Me volví para mirarlo a través de la cocina.
一Esta hamburguesa está poco hecha. El cliente la quiere al punto más. Pégale un golpe de fuego sobre la marcha.
El estómago me dio un vuelco. Cogí el plato y comprobé la ternura de la carne, luego la volví a poner en la parrilla, intentando que no me invadiera la vergüenza. Odiaba cometer errores, pero no podía permitirme ir despacio un sábado por la noche.
一¿Dónde está el pollo de la cinco? 一gritó un camarero.
一¡Un minuto! 一respondí mientras lo emplataba y lo acercaba.
一Athena, para un momento, por favor. 一Minnie, nuestra encargada, me hizo un gesto para que parara todo.
Me limpié las manos en una toalla mientras me acercaba a ella. 一¿Va todo bien?
一Sígueme, por favor. 一Se dio la vuelta para salir por la puerta lateral, que conducía a las oficinas.
一El jefe quiere hablar contigo 一explicó Minnie mientras salíamos de la cocina.
一¿El jefe? 一pregunté.
一Sí. Nuestro jefe.
一¿He hecho algo mal? 一Solté una risa nerviosa mientras subíamos a la segunda planta. Nunca me habían parado en mitad del servicio.
一No lo sé. Por favor, vamos a buen paso.
No me había dado cuenta de que había aminorado la marcha, así que aceleré para seguirla mientras me conducía a la pequeña sala de reuniones. Llamó a la puerta y me indicó que entrara.
Abrí la puerta y me quedé boquiabierta durante una fracción de segundo antes de entrar.
一¿Ares Anderson? 一Le miré con incredulidad.
一Hola, Athena. 一Sonrió satisfecho mientras se levantaba de su asiento.
No había visto a este hombre en persona desde el instituto. Era el chico más popular de la escuela, un deportista total, y cambiaba de chica como de ropa. Éramos amigos, nada más, y solo porque compartíamos muchas clases.
Le interesaba sobre todo salir con animadoras.
Ahora que ya era mayor, me enteré de que las chicas seguían persiguiéndolo. Era habitual verle en periódicos, revistas de cotilleos y asistiendo a grandes eventos. Y cada vez pegado a una chica distinta.
No les culpaba. Había cambiado mucho, y de la mejor de las maneras.
Solía tener el pelo castaño corto, pero ahora llevaba un corte bajo y un flequillo más largo, que le cubría la frente. Sus ojos marrones parecían vacíos, pero seguían siendo tan bonitos como los recordaba, con pestañas oscuras.
Estaba de pie ante mí, era más alto que antes y llevaba una camisa negra abotonada que le oprimía los músculos. Tenía las mangas remangadas, lo que revelaba un tatuaje en el antebrazo izquierdo: un dragón, o quizá un fénix.
Se le veían las venas y tragué saliva antes de volver a mirarle. Era un crimen ser tan guapo, y me odié por sentir lujuria por él.
Dejó escapar una pequeña tos. 一¿Has terminado de mirarme?
一¿Cómo estás, Athena? Han pasado algunos años.
一Sí, hace tiempo.
一Ven y dame un abrazo.
Ni siquiera me moví, ya que aún intentaba averiguar por qué estaba aquí. Entonces, Ares me agarró de la muñeca y me atrajo hacia él. Olí su colonia fresca al instante mientras me rodeaba con sus brazos. Le palmeé la espalda torpemente.
一¿Qué haces aquí, Ares? 一pregunté en tono suspicaz.
Se apartó y señaló la silla frente a la suya. 一Siéntate, por favor.
一¿Tú eres 'el jefe'? 一pregunté mientras me sentaba, y Ares imitó mi acción al asentir. Su familia tenía muchas empresas, así que no me sorprendió que fuera el dueño del restaurante.
一¿Te gusta tu trabajo?
一Bien. 一Hizo una pausa一. Porque estás despedida.
Me quedé pasmada.
















































