
Miro fijamente el techo de mi habitación, el vacío en blanco que comienza de nuevo refleja cómo me siento por dentro.
Ha pasado una hora desde que Hunter se fue pero parece un siglo y he podido pensar en sus últimas palabras.
—¡Nadie me dice que no y se sale con la suya!
Sé que estoy muerta, más que muerta. Debería huir y cambiar mi nombre por el de John y empezar una nueva vida en México.
Nadie le ha dicho nunca que no y visualmente me estremece pensar en lo que podría pasarnos a mi madre y a mí.
Podría arruinarnos, más de lo que ya estamos, podría hacernos la vida imposible, podría abocarme al fracaso en la escuela y todo lo que viniera después, si quisiera. Tiene mucho dinero y mucha influencia, y yo sigo diciendo que no.
Qué idiota.
Gimoteo, me pongo boca abajo y cojo mi teléfono, que ha estado cargando en mi mesita de noche desde que llegó Hunter.
Al desbloquearlo, veo que no cerré Facebook y al mirar la aplicación se me saltan las lágrimas, me quedo mirando imágenes de mí misma con la cara roja y el rostro mojado, con lágrimas cayendo por mi cara y en un estado más que discutible.
Cierro la aplicación, voy a mis contactos y llamo a la única persona que podría ayudarme en este momento.
Lily.
—Hola, zorra —contesta después de unos cuantos timbres. Sonrío y sacudo la cabeza.
—Hola, linda florecilla —saludo. En efecto, no soy la mejor cuando se trata de apodos, pero es mejor que lo que ella me llama.
—Bueno, ¿qué pasa? —suspira y gimo mientras empiezo a contarle todo a Lily.
—Hunter ha venido a mi casa y me ha preguntado si quiero ser su novia —omito el detalle de la falsedad, porque esa parte me parece tonta y personal, y no quiero molestarla—. Obviamente le he dicho que no. Se ha enfadado conmigo.
Lo digo con voz grave intentando parecerme al propio Hunter, pero sé que suena estúpido.
Respiro profundamente después de apresurarme a decir todo eso. Al otro lado de la línea, Lily se queda en silencio. Entonces la oigo gritar. No un grito de terror, sino un grito de chica fanática.
Ya sabéis, esos en los que la chica grita muy fuerte y agudo, probablemente saltando de un lado a otro y agitando los brazos por todo el lugar en señal de excitación. Eso es lo que está haciendo ahora mismo.
—¡Dios mío, tienes que decir que sí! Piensa en lo bueno que será esto cuando puedas restregárselo en la cara a todo el mundo, especialmente a Jessica. Además, si lo haces eso significa que yo podría tener una oportunidad con Declan. Oh, por favor, Ava, hazlo por mí. Por favor, por favor, por favor...
Miro fijamente la pared mientras las súplicas de Lily no cesan.
—¿No crees que es bastante extraño que Hunter, el chico malo, me pida salir?. Prácticamente le grito por teléfono.
Ella se queda en silencio al otro lado de la línea, obviamente pensando en esto antes de que finalmente se le ocurra una respuesta.
—Tal vez sea raro, pero ¿no estás cansada de esconderte en las sombras y de que la gente te empuje y te utilice? ¿No quieres una oportunidad para ser diferente, para que te quieran y la gente deje de abusar de ti?
Pienso en todo lo que podría tener si empezara a fingir que salgo con Hunter durante un tiempo, unos pocos meses podrían realmente marcar la diferencia en mi vida y podría incluso hacer algunos amigos más. Y quizás, por una vez en mi vida, podría ser feliz.
—¡Bien! —berreo por el teléfono. Lo hago tanto por Lily como por mí.
Sería bueno borrar esa sonrisa de la cara de Jessica y tal vez salir de mi zona de confort y convertirme en alguien que me haga feliz.
—¡Sí! Tengo que dejarte, te veo el lunes en la escuela, perra —dice. Me río para mis adentros, es una chica muy rara, pero la quiero y no quiero perderla nunca. Y menos por un tío.
—Adiós, florecilla —digo en un susurro que se pierde en el viento mientras arrojo mi teléfono a la almohada y me tumbo de espaldas mirando mis paredes, dejando que me absorban.
Me siento completamente sorprendido en su cama y la miro fijamente a los ojos. Ava acaba de decirme que no. A mí. Soy Hunter Black, joder.
—Nadie me dice que no, princesa, y tú no eres una excepción. ¡Nadie me dice que no y se sale con la suya! —le espeto. Me levanto y salgo de su casa.
La rabia me recorre el cuerpo mientras salgo furioso a la calle y me meto en el coche para tratar de calmarme.
Estaba muy guapa con ese pijama mullido y calentito, aunque habría sido muy fácil burlarse de ella por eso. No, Hunter, ¿en qué estás pensando y por qué la has llamado princesa?
No hace falta que empieces a encariñarte, sólo la has conocido durante cinco malditos minutos. Mi enfado vuelve a crecer y conozco el remedio perfecto para lidiar con él.
Envío un mensaje al número de una chica al azar que está en mi teléfono. No guardo sus nombres, es sólo una chica. Una vez que todo acaba, borro su contacto: fuera de la vista, fuera de la mente.
Vale sí, soy contundente con ello. Eso es todo lo que hago. Me las follo y las dejo. No es mi culpa que se contagien de sentimientos y se hagan daño a sí mismas.
Ellas me conocen y saben lo que hago, saben cómo funciono, y no puedo evitar que decidan que me quieren o cualquier mierda por el estilo. Lo que quiero decir es que sólo es sexo. ¿Cómo puedes querer a alguien por follar sólo una vez?
Las chicas son muy estúpidas a veces.
Ava no lo es, ella sabía que debía alejarse de mí. Sacudo la cabeza ante esto. Pensamientos estúpidos.
Recibo un mensaje de la chica, sea quien sea.
Sonrío a mi teléfono. Esta noche va a ser buena. Cierro la puerta de mi coche y me dirijo a las señas que me ha dado con una sonrisa de lobo en mi cara.
Salgo de la casa de la chica; terrible, mucho hablar y poca acción. Siempre hablando y tratando que le dijese que había sido una niña traviesa.
Te diré lo que yo quiera, zorra. Me alegro de no volver a acostarme con ella; era virgen o simplemente mala, pero no me he quedado para averiguarlo. Usando algunos métodos propios me las he arreglado para terminar y salir por la puerta antes de que pudiera pedirme que me quedara a dormir.
Me he acostado con casi todas las chicas de mi escuela y Ava es mi próximo objetivo.
Drew me ha retado a conseguir que Ava se acueste conmigo en los próximos dos meses, si no lo consigo, él podrá reclamar el título de mejor crápula y mantener su liderazgo.
Gruño ante la idea de que ese maldito enfermo sea mi líder, pero lo ignoro y me concentro en mi objetivo y en mi libertad.
Sé que conseguir que Ava se acueste conmigo no será tan fácil como pedírselo. Va a llevar tiempo. Por eso le he propuesto que sea mi falsa novia.
Ella es diferente y yo necesito ayuda con las asignaturas, así que salgo ganando. Si no subo mis notas sin sobornar a los profesores con dinero, entonces no podré jugar a fútbol esta temporada.
Es sólo una de las razones, quiero matar a Jessica y Drew por lo que hicieron, y quiero dejarlo. Ava es mi mejor oportunidad para finalmente igualarme con ellos y ganar mi libertad.
Agarro mi teléfono y busco el número de Ava. Es el único nombre de chica que tengo guardado en la agenda, además de mi madre y algunas familiares.
Espero una respuesta mientras subo a mi coche. Hoy no es nada demasiado llamativo. No quería que la gente supiera que estaba en casa de Ava si ella decía que no.
Por lo tanto, mantener un perfil bajo es una buena idea cuando estoy cerca de Ava por ahora. Hasta que se sienta más cómoda.
Finalmente recibo un mensaje justo cuando estoy a punto de volver a casa.
Sonrío mirando el teléfono y lo agarro con fuerza mientras arranco el coche. Ya estoy a mitad de camino.