Laura está a punto de cumplir 18 años y dar un nuevo paso como mujer loba. Sueña con viajar por el mundo y asistir a la universidad mientras se lo pasa en grande. No tiene planes de encontrar pareja, hasta que un alfa recién nombrado, Jett, entra en escena.
Jett es testarudo, un playboy y le gusta divertirse. No es muy popular entre las otras manadas, y cuando visita la manada de su mejor amigo principalmente para crear problemas, descubre que le espera más de lo que nunca imaginó...
¿Qué ocurrirá cuando estos mundos choquen?
LAURA
LAURA CONOCE A JETT BLACK, EL NUEVO ALFA DE LA MANADA DE LUNA DE COSECHA.
Tras la repentina muerte de su padre, ¿será capaz Jett de mantener el legado de la manada? Solo el tiempo lo dirá.
Frunzo el ceño al ver en mi teléfono la notificación de la aplicación de las noticias. Viene acompañada de una foto del hombre al que he insultado hoy en la cafetería.
Tiene el pelo oscuro, casi negro, y lo lleva peinado hacia atrás, artísticamente desordenado. Sus ojos son de un verde penetrante y su rostro tiene un tono aceitunado. Su mandíbula, cincelada y barbuda, está adornada por una sonrisa juguetona, y aunque lleva traje, se nota que su físico es todo músculo.
Parece un playboy engreído. Es guapo y lo sabe.
Resoplo y cierro el teléfono. Por supuesto, el arrogante hombre de la cafetería es el nuevo alfa de la Manada Luna de Cosecha. A los pocos segundos de conocerlo, ya he tomado una decisión: no me gusta.
La cafetería de la manada es un espacio pequeño, y su corpulento cuerpo ocupaba todo el aire de la sala. Se quedó allí de pie, sin moverse, incluso después de que le pidiera educadamente, varias veces, que se hiciera a un lado para que yo pudiera pasar.
Entonces el gilipollas se hizo el sordo. Y cuando se lo pedí por señas, tuvo el descaro de reírse de mí y decirme que repasara mis habilidades con las señas.
Han pasado horas y todavía estoy furiosa por ese pedazo de mierda. Fue un gilipollas arrogante, y yo me sentí como una persona horrible por gritarle para comprobar que no estaba sordo.
Mi mejor amiga, Carly, intentó calmarme después, pero yo estaba hirviendo por dentro. Acabo de cumplir dieciocho años y recibí a mi loba hace unos días, y ahora mis emociones son más intensas. Todavía estoy tratando de acostumbrarme a todo lo que supone.
Aunque a mi loba tampoco le gusta, me doy cuenta.
Intento olvidarlo todo mientras me preparo para mi primera transformación. Es una noche especial. Carly me ayuda a prepararme y no puedo evitar envidiarla al ver su aspecto. Cumplió dieciocho años en verano. Entró en el bosque siendo una niña y salió convertida en una mujer.
Así son las cosas en nuestra manada. Hasta la primera transformación de una mujer, esta conserva su aspecto infantil. Yo, aunque acabo de cumplir dieciocho años, sigo pareciendo de catorce. Soy bajita y de pecho plano, sin curvas.
Hace seis meses, Carly se parecía a mí. Luego recibió a su loba y se transformó por primera vez. Ahora no es más que curvas. Me puse celosa en ese momento, pero esta noche es mi noche. La noche en la que voy a convertirme en una verdadera mujer de nuestra manada.
Nuestros ancestros creían que la Diosa de la Luna bendecía a las mujeres de la Manada Luna Azul con protección contra los lobos machos que quisieran reclamarnos antes de que estuviéramos listas. Ahora, la primera transformación de una mujer es motivo de celebración.
Llaman a la puerta de mi habitación justo antes de que mi hermano Ewan asome la cabeza y nos silbe. —Señoritas, debo decir que están fenomenales.
Carly se pone ligeramente rosada ante el elogio, y yo la miro, confusa. ¿Qué te pasa?, pienso para mis adentros.
Pero entonces se echa a reír, y yo también.
—Venga, vamos, chicas. Todos se desvivieron por ti, mocosa. Creo que te va a gustar.
Sonrío y sigo a Ewan escaleras abajo. Me reconforta pensar que todos se han esforzado de verdad por mí.
Mamá chilla emocionada cuando me ve y a papá se le saltan las lágrimas. Hay demasiadas emociones agitándose dentro de mí en este momento, y estoy empezando a sentir calor y hormigueo, como si quisiera saltar a revolcarme en la nieve que hay fuera. Mi loba está deseando salir y ya casi es hora.
—Solo espera un momento más, chica —le digo—.~Solo unas horas más, y entonces podrás salir al mundo.~
Nos dirigimos a casa del Alfa Sebastian para mi cena de celebración. Sebastian asumió el cargo de alfa hace cinco años, después de que su padre muriera en una horrible batalla. Es un alfa justo, pero firme, y dirige la manada con éxito con mi hermano como beta.
Mientras nos acercamos a la puerta principal, miro hacia las casas de invitados y veo que una de ellas tiene las luces encendidas. Solo hay una persona de visita en este momento que tendría el honor de alojarse en la casa de invitados del alfa: el capullo de la cafetería. Sacudo la cabeza y avanzo. Me niego a que arruine la noche de mi primera transformación.
***
El Alfa Sebastian se levanta con una copa en la mano para brindar. —Gracias a todos por asistir a esta pequeña fiesta. No voy a ser tan formal como normalmente porque esta noche no solo ceno con amigos, sino con familia.
Se vuelve hacia mí y no puedo evitar que se me dibuje una sonrisa en la cara.
—Laura, te conozco desde que eras un cachorrito. Nos criamos uno al lado del otro, y te veo como mi hermana pequeña. Por mucho que probablemente odies esto ahora, esta noche se trata de ti.
Mis mejillas se enrojecen cuando todo el mundo se vuelve para mirarme.
—Que sepas que siempre estarás bajo mi protección. Que la Diosa te conceda todo lo que quieras en la vida y más.
Todos aplauden y yo me limpio una lágrima.
Georgia, la mujer de Sebastian, me coge las manos, emocionada. —Esta noche es muy especial, Laura. ¡Hay luna azul! Tu primera transformación va a ser bajo la luna más sagrada de la manada.
Sebastian le pone la mano en la barriga de embarazada. —Georgia y yo estuvimos mirando antes los registros de la manada. No ha habido una primera transformación bajo la luna azul en casi veinte años. La leyenda dice que los lobos que se transforman por primera vez bajo la luna sagrada de su manada reciben regalos especiales de la Diosa.
Mi hermano se ríe ligeramente. —Vamos, Seb, eso es solo un mito. No le llenes la cabeza de ideas.
Georgia mira a mi hermano y él inclina la cabeza en señal de respeto.
—Ignóralo, Laura —dice Georgia—. Pase lo que pase, esto será lo más mágico por lo que pasarás en la vida. Tú y tu loba os convertiréis en uno. Ese sentimiento no se parece a ningún otro.
—Excepto al de cuando encuentras a tu pareja —dice Seb, dirigiendo una mirada cariñosa hacia Georgia.
Mi madre se vuelve hacia mí y me levanta de la silla. —Vamos, Laura, es la hora.
JETT
—Más fuerte, nena. Fóllame más fuerte —Kelsey jadea mientras golpeo su húmedo coño por detrás.
Sonrío para mis adentros mientras acelero mis movimientos y me hundo cada vez más en ella. Siento que estoy a punto de correrme, así que saco mi polla de sus pliegues hinchados. Ella se da la vuelta y se mete mi miembro en la boca. Suelto mis jugos calientes en su garganta y ella se traga hasta la última gota.
—Ha sido increíble —suelta sin aliento, y yo sonrío para mis adentros.
—Lo ha sido. Ahora, si no te importa, flor, voy a tener que pedirte que te dirijas a la salida. Tengo un día muy ocupado mañana, y necesito un sueño reparador.
Por la expresión de decepción de su cara, me doy cuenta de que esperaba pasar la noche aquí, pero no discute y se viste.
Me pongo los calzoncillos antes de estrecharla entre mis brazos por última vez, con sus firmes nalgas entre mis manos.
—Sé que quieres quedarte, cariño, pero si te quedas, no podré dormir. Y un alfa necesita dormir. Te enviaré un mensaje pronto. Fue encantador ponerme al día contigo, Kelsey.
Sí, funcionó.
Sonríe y le planto un beso en los labios. Cuando se da la vuelta para irse, le doy un azote en el culo que la hace chillar de excitación al salir por la puerta.
Me dirijo al cuarto de baño y pierdo los calzoncillos al entrar en la ducha. Mi mente se distrae cuando el agua caliente me golpea el cuerpo.
Kelsey es una chica encantadora, pero es débil. Se espera que yo tenga un heredero, y cuando llegue ese momento, quiero que la madre de mis cachorros sea de pura sangre real como yo, no una putita de la Manada Luna Azul.
Pero eso no significa que no pueda disfrutar de ella como mi compañera de juegos. Es muy buena en la cama, y exactamente lo que necesitaba después de un día de viaje con Jenson, mi beta.
Ayer a estas horas, estaba descansando en casa, preparándome para salir de fiesta cuando mi madre me paró en seco. Me informó de que este año asistiría a la Reunión Anual de Navidad de la Manada Luna Azul. Sin excepciones. Y que saldría para allá temprano esa misma mañana.
Intenté discutir con ella, pero fue inútil. Los planes ya estaban en marcha. Había acordado que me quedaría con Sebastian, el alfa de la Manada Luna Azul.
Aunque solía disfrutar pasando tiempo con Seb, hace años que no le veo. Se volvió estirado desde que conoció a su compañera. Pasó de ser un lobo playboy, deseoso de asistir a fiestas exclusivas, apostar toda la noche y follarse a cualquier cosa bonita que se cruzara en nuestro camino, a alguien amante de la firmeza y la responsabilidad.
Nuestra relación se volvió tensa. Mis acciones no ayudaron a mejorar la situación. Una noche, después de unas cuantas copas de más, me acerqué a Georgia, su compañera. Seb se puso histérico y se desató el infierno. Ambos nos transformamos, pero su lobo alfa dorado no era rival para mi licántropo negro.
Mi beta consiguió separarnos, pero por poco. Como consecuencia, Seb me prohibió pisar sus tierras hasta que me convirtiera en alfa de mi propia manada. No esperaba verlo en décadas. Pero eso cambió cuando mi padre enfermó inesperadamente y murió.
Soy alfa desde hace dos semanas y me cuesta encontrar mi equilibrio. Mi padre era todo amor y firmeza. No siempre nos llevábamos bien, éramos tan parecidos que peleábamos mucho, pero quería a mi madre y a nuestra manada.
Sé que tengo que cambiar mi forma de actuar, pero después de años haciendo lo que me da la gana, es difícil volver a entrenar mi cerebro para hacer lo que es mejor para la manada.
También está la presión para que encuentre a mi pareja. Pero eso no sucederá. Los compañeros te hacen débil. Lo vi con Seb. Y lo estoy viendo con mi propia madre.
Se ha vuelto más y más frágil estas dos últimas semanas. La angustia de perder a su compañero, mi padre, la ha envejecido más rápido de lo que jamás pensé. Su pelo rojo, antes vibrante, ha empezado a desvanecerse y las canas asoman cada vez más por su larga cabellera. Su rostro está demacrado y cansado, y puedo decir que se está ralentizando.
No, no necesito esa debilidad en mi vida. Y si por casualidad encuentro a mi pareja, la rechazaré. Solo necesito una hembra lobo para darme un heredero.
Cierro la ducha y me envuelvo la cintura con una toalla antes de abrir las puertas del patio y salir. Enciendo un cigarrillo y le doy una calada, sintiendo como raspa en el fondo de la garganta mientras observo el bosque circundante.
Me encantan los paisajes de las tierras altas que se ven desde mi casa en Escocia, pero el bosque de la Manada Luna Azul es precioso. Veo luces a lo lejos y gente de pie en el jardín de la casa de Sebastian.
Me pregunto de qué se tratará. ¿Tal vez una fiesta privada? Pienso para mis adentros.
Cuando llegué antes, Sebastian me dijo que me mantuviera alejado de la casa principal esta noche, pero eso no significa que no pueda observar desde las sombras.
Mi sangre bombea y necesito salir a correr. Tyson, mi lobo, todavía está excitado por nuestro encuentro sexual, y la única forma de dormir esta noche es salir a correr y cansarlo.
Cierro las puertas del patio con una sonrisa y empiezo a vestirme.