Galatea logo
Galatea logobyInkitt logo
Obtén acceso ilimitado
Categorías
Iniciar sesión
  • Inicio
  • Categorías
  • Listas
  • Iniciar sesión
  • Obtén acceso ilimitado
  • Asistencia
Galatea Logo
ListasAsistencia
Hombres lobo
Mafia
Multimillonarios
Romance abusón
Slow burn
De enemigos a amantes
Paranormal y fantasía
Picante
Deportes
Universidad
Segundas oportunidades
Ver todas las categorías
Valorada con 4,6 en la App Store
Condiciones de servicioPrivacidadImpronta
/images/icons/facebook.svg/images/icons/instagram.svg/images/icons/tiktok.svg
Cover image for ¿No nos hemos visto antes?

¿No nos hemos visto antes?

Capítulo 4

EDWARD

Un dolor punzante me parte la cabeza en dos. Intento abrir los ojos, pero la luz cegadora de la habitación me obliga a cerrarlos de nuevo.

La sala está llena de suaves pitidos de máquinas y murmullos, pero, aunque lucho por mantenerme despierto, el sueño me vence y vuelvo a sumergirme en la oscuridad.

Vuelvo en mí, pero esta vez es porque alguien tira de mi brazo. Intento apartarme, pero el brazo me pesa como si fuera de plomo. Abro los ojos, pero algo no cuadra: solo puedo ver por el derecho.

Desconcertado, intento tocarme la cara, pero alguien me detiene.

—No se toque, señor Winter. Tiene vendajes en el lado izquierdo de la cabeza.

Giro la cabeza para ver quién habla. No es la enfermera de anoche. Esta voz suena distinta: más firme, pero también más cálida.

A mi lado hay una joven de unos 25 años. Tiene el rostro terso, ojos grandes y marrones, y una expresión bondadosa.

—La operación ha sido un éxito. Si todo está en orden, el médico vendrá más tarde para darle más detalles.

Intento hablar, pero tengo la lengua pastosa y la garganta seca. La enfermera ríe suavemente al oír mis balbuceos.

—Le traeré agua —dice, cruzando la habitación.

Cuando vuelve, me ofrece un vaso alto de agua. Cuando el líquido fresco toca mi garganta reseca, cierro los ojos de gusto. ¡Oh, simple placer del agua!

Al rato, me llevan de vuelta a mi habitación en silla de ruedas y caigo en un profundo sueño sin sueños. Cuando despierto de nuevo, veo a alguien sentado en mi habitación con los pies sobre mi cama. Al principio me sobresalto, pero sonrío cuando veo quién es.

—Buenos días, hijo. ¿Trajiste lo que te pedí?

Rob no me devuelve la sonrisa. Su expresión es muy seria.

—Esto no tiene gracia, papá. ¡Dijiste que era solo una revisión rutinaria, no una operación cerebral! —su voz se eleva mientras habla.

Me hundo en la almohada y cierro los ojos.

—¿Qué querías que hiciera? ¿Decirte que podría tener un tumor cerebral grave? Perdiste a tu madre hace poco más de un año. No quería preocuparte. Pensé que era solo una visita rutinaria, no una cirugía. Supongo que no presté suficiente atención a lo que decía el médico.

Giro la cabeza para mirarlo. Rob tiene una pinta horrible, con unas ojeras que le llegan al suelo. Alguien de su edad no debería pasar por esto. Pero yo tampoco pedí tener un tumor cerebral.

ALEX

Me arreglo con esmero, me anudo mi pañuelo favorito y me miro al espejo por última vez. Tengo la cara pálida e hinchada, con ojeras debajo de mis ojos verdes. Aun así, creo que mis ojos conservan cierto encanto. Dejo escapar un suspiro apesadumbrado. Me siento poco agraciada.

Oigo una melodía familiar que viene del baño y sonrío. Nena sigue despierta, preparándose para dormir. La dejo tranquila porque mañana no tiene clases.

Toco suavemente la puerta del baño.

—Hola, cariño. Me voy al trabajo. ¡Pórtate bien!

Antes de que pueda marcharme, la puerta se abre y Nena me abraza con fuerza y me besa.

—Que tengas un buen turno, mamá.

La miro, sorprendida.

—¿A qué viene esto? ¿Algún motivo especial?

Nena se ríe.

—Solo porque te quiero —dice, dándome una vuelta que casi me hace perder el equilibrio.

—¡Adiós, mamá! —exclama y cierra la puerta del baño de golpe.

Meneo la cabeza, riendo. ¡Qué locura de niña!

Mientras me dirijo al pasillo, Bart sale de la cocina. Me mira y se queda observando fijamente mi pañuelo. Sé que no le gusta verme con un pañuelo en la cabeza. Se esforzó mucho para que usara una peluca, que yo detestaba porque me hacía sentir ridícula.

Me acerco rápidamente para darle un beso, pero, cuando pongo mis manos en sus hombros, él se aparta. Cuando nuestras miradas se cruzan, sus ojos son fríos e indiferentes.

—Mañana tengo que trabajar hasta tarde, así que tendrás que buscar a alguien que cuide a Nena —dice con una mirada desagradable mientras aparta mis manos de sus hombros.

Lo miro, atónita.

—Mañana es mi último turno de noche. Está apuntado en el calendario. ¡No puedes simplemente no venir a casa! —casi grito mientras mi sorpresa se convierte en enojo.

—No armes un escándalo —dice Bart poniendo los ojos en blanco—. Tiene trece años, Alex. Puede cuidarse sola.

Me entristece que me ignore.

—No se trata solo de cuidarla, Bart —le ruego—. Últimamente apenas estás en casa. Solo quiero que pases más tiempo con ella.

No dice nada por un momento, solo me mira con desprecio. Luego, cruza los brazos.

—Mira, Alex. He hecho todo por ti estos últimos años. Me quedé a tu lado en el hospital, te escuché quejarte sin parar. Casi vomitaba cada vez que tú lo hacías. Siempre te daba un cubo y toallitas, aunque la mitad terminaba en las sábanas de todos modos. Siempre tenía que limpiar todo. Estoy harto de limpiar y de las tareas domésticas. Necesito tiempo para mí ahora mismo. Mira, me alegra que tu cáncer no se haya extendido, pero estoy cansado de que me digas qué hacer.

Me mira de nuevo, y sus ojos parecen distantes.

—Puedes dejar de perder el tiempo con ese maquillaje. Por mucho que te pongas, nunca ocultará la hinchazón en tu cara.

Se da vuelta rápidamente para volver a la cocina. Pero, antes de irse, se vuelve hacia mí.

—Ah, y no estaré en casa mañana por la noche.

Continue to the next chapter of ¿No nos hemos visto antes?

Descubre Galatea

Crueles intenciones 1: Temiendo a la mafiaLa saga de EmmaMi novia falsaInstituto Saint Rock 1Destinada al alfa

Últimas publicaciones

Mason - Spin-off: ImpulsoTres. El número perfecto - Bonus: Blanco y doradoEspíritu navideñoEn la cama con el vampiroTruco o trato picante