Espérame - Portada del libro

Espérame

Melissa Nicole

0
Views
2.3k
Chapter
15
Age Rating
18+

Sinopsis

La vida de Kyra es un bucle de desesperación, atrapada en las secuelas del brutal asesinato de su familia y el tormento de un hogar de acogida abusivo. Justo cuando toda esperanza parece perdida, su mundo colisiona con Chance, un misterioso motero de carácter explosivo. Unidos por una conexión eléctrica, su relación oscila entre una intensidad apasionada y un distanciamiento emocional. La feroz protección de Chance se convierte en el ancla de Kyra, arrastrándola hacia la sanación en medio del caos. Esta es una cautivadora historia de trauma, resiliencia y un amor emocionante y peligroso que nos recuerda que la esperanza puede florecer incluso en los momentos más oscuros.

Ver más

25 Capítulos

Capítulo 2

Ojos Inocentes

Capítulo 3

Seguro

Capítulo 4

Tentación
Ver más

Cómo Comenzó Todo

KYRA

—¡Cinco! ¡Cuatro! ¡Tres! ¡Dos! ¡Uno! ¡Feliz Año Nuevo!

Desde la ventana de mi habitación, observo los fuegos artificiales que estallan en el patio trasero. Son brillantes y coloridos. Mi familia de acogida organiza fiestas enormes para casi todas las celebraciones. Medio pueblo acude, porque los Simpson caen bien a todo el mundo. ¿Por qué? Los Simpson saben cómo ganarse a la gente.

Pero a mí no me engañan.

Al principio, todo parecía perfecto. Daban buena imagen a los asistentes sociales. Viven en una casa grande, blanca y lujosa. Parece sacada de esas zonas exclusivas, como Beverly Hills.

Es poco común ver una casa así en un pueblo pequeño. Otra razón por la que la gente aprecia a esta familia. La casa es como el corazón del pueblo.

Los Simpson me dieron una habitación bonita y me matricularon en un colegio privado carísimo. No está mal, porque mi hermana de acogida, Lisa, también va allí. Ella me cae bien. No me ha dado motivos para lo contrario.

Los otros Simpson son harina de otro costal. No sé por qué, pero de repente empezaron a tratarme mal. Es como si, una vez que la gente dejó de alabarlos, se hubieran arrepentido de haberme acogido. Se les cayó la máscara.

Lisa hace las cosas más llevaderas. Cuando su madre no me deja comer dulces porque «no puedo engordar», me trae helado y patatas fritas. También frena a su hermano mayor cuando se pone pesado conmigo. Intenta protegerme cuando su padre se la agarra conmigo.

Llegué a casa de los Simpson hace cuatro años, cuando tenía trece. Mis padres y mi hermana pequeña fueron asesinados en nuestra casa, pero yo estaba en casa de una amiga esa noche.

Cada día, desearía haber estado en casa, en mi cama junto a la de mi hermana. Cada día, desearía haber muerto con ellos.

Nunca atraparon a los asesinos. La policía cree que fue un asunto de bandas. Supongo que fue mala suerte. Eligieron mi casa y me destrozaron la vida.

Sé que debería estar abajo en la fiesta, celebrando otro año, pero no puedo. Cada día es duro sin mi familia, pero las fiestas son lo peor. Estoy atrapada celebrando con esta familia «perfecta» que me trata mal pero me mantiene aquí para quedar bien ante los demás.

Mientras observo la animada fiesta afuera, una lágrima rueda por mi mejilla. Estoy harta. Quiero mi antigua vida de vuelta, o ninguna vida en absoluto.

Dejo de pensar cuando mi puerta se abre. Es Jason, mi desagradable hermano de acogida. Por supuesto, ni siquiera se gasta en golpear la puerta. Jason normalmente solo me manosea y dice obscenidades, pero no creo que pase mucho tiempo hasta que cruce un límite.

—Te estás perdiendo una buena fiesta, hermanita —dice, intentando sonar simpático.

—Sí, parece divertida. Solo estoy cansada esta noche, pero ¡feliz Año Nuevo! —le doy una sonrisa falsa y saludo con la mano, pero él se queda ahí plantado, mirándome fijamente.

—Vuelve a la fiesta, Jason. Quiero irme a dormir —digo, sonando un poco molesta.

Se acerca a mí. Se acerca tanto que puedo oler el alcohol en su aliento.

—Creo que la verdadera fiesta está aquí —me sonríe de un modo espeluznante, mirando mi cuerpo. Solo llevo puesta una camiseta grande y ropa interior.

Retrocedo, sintiendo que me falta el aire con él en la habitación. Su colonia fuerte y su sonrisa de depredador me revuelven el estómago. Me siento en la cama y me meto bajo las mantas, con la sensación de estar demasiado expuesta.

—¿Qué quieres, Jason?

—Sabes lo que quiero, Kyra —se sienta en mi cama y me aprieta la pierna a través de la manta.

—Ni lo sueñes. Lárgate —aparto su mano, lo que lo enfurece. Vuelve a poner su mano y aprieta más fuerte, dejando una marca oscura en mi piel pálida. De repente, me quita la manta y me toca por encima de la ropa interior.

—Esto será mío; no se lo des a nadie más. Lo tomaré cuando cumplas dieciocho —me aprieta de nuevo, luego sale de mi habitación con un portazo y me deja con una sensación de asco.

He intentado evitar a Jason. Le he dicho que se vaya. Incluso he intentado ser amable, pero no para. No me deja en paz. Ha dejado claro desde que me mudé que me desea. Me trata como si le perteneciera, pero eso nunca será verdad.

Me largo en tres meses, cuando cumpla dieciocho. He ahorrado cada céntimo de mi trabajo como camarera, y tengo suficiente para alejarme de esta familia.

Lisa sabe cómo me siento y dice que me echará una mano. Pero, ¿cuánto puede hacer? No quiero que se meta en líos. Estoy segura de que sus padres se las arreglarían para dejarme como la mala de la película, de todos modos.

Ya puedo oírlos: «Hicimos todo por ella, la quisimos como si fuera nuestra, y así es como nos lo agradece».

Como sea.

La habitación me queda pequeña, así que decido salir. Los Simpson viven cerca de un bar que no pide carnet. Me tienen lástima y me dejan beber sola en un rincón. A veces, hasta me invitan copas.

Me pongo unos vaqueros negros y una camiseta roja ajustada que resalta mis curvas. Me recojo el pelo castaño liso en un moño despeinado y me voy. Bueno, me voy después de saltar por la ventana del segundo piso y bajar por un árbol.

Solo me torcí el tobillo una vez haciendo esto, pero valió la pena. La noche es el único momento en que puedo escapar de los Simpson. Rara vez me dejan salir si no es para trabajar o ir a clase.

Pero tampoco les importo lo suficiente como para vigilarme por la noche, y me parece perfecto. Me encanta la libertad que tengo después de la 1 de la madrugada.

Entro en el bar oscuro y me sorprende ver gente aquí. No son solo viejos borrachos; hay toda una pandilla de moteros.

¿Cómo no vi todas las motos fuera? Con lo nerviosa que me pone que la gente me vea, decido irme. Doy un paso atrás y choco contra algo duro. ¿Cómo llegó eso ahí?

Me doy vuelta, pero no estoy viendo una pared; estoy viendo al hombre más guapo pero aterrador que he visto jamás. No puedo dejar de mirarlo. Llamar guapo a un tío rudo y de aspecto intimidante como él podría ser raro, pero así es. Es muy guapo. Su cuello y sus manos tienen tatuajes, algunos viejos, algunos nuevos. Lleva una chaqueta de cuero y vaqueros, pero puedo notar que tiene más tatuajes que no puedo ver.

Luego, están sus ojos. Son de un azul brillante e intenso, tan fuerte que parece que pueden ver a través de mí.

—¿Te vas tan pronto, ángel? —me pregunta con una sonrisa que me deja sin aliento, y aparentemente tonta, porque no puedo recordar cómo hablar. Estoy perdida en los ojos de este hombre. Es como si pudiera ver toda una galaxia. O tal vez las profundidades del océano...

Espera, ¿estoy babeando?

—L-lo siento —logro decir. El hombre me mira de forma extraña, como si estuviera confundido, tal vez incluso un poco enfadado.

—No puedes tener edad para estar aquí —dice mientras me mira de arriba abajo. Cuando Jason hace esto, me siento fatal, pero, cuando lo hace este desconocido, me siento excitada.

¿Qué me pasa? Este tío es demasiado mayor para mí, y ¿he mencionado que da miedo? No sé por qué impone tanto... Tal vez sean los tatuajes o sus músculos de acero, pero también tiene una cara de aspecto amable, casi joven.

Mientras lo miro, puedo ver que parece cansado, lo que lo hace parecer mayor. Y tiene una barba perfecta, y una mandíbula perfecta. Una mandíbula que quiero lamer.

Dios mío, Kyra, para ya.

Sacudo estos pensamientos. De pronto, me siento valiente.

—Vengo aquí todo el rato —pongo los ojos en blanco, me doy vuelta y vuelvo a entrar en el bar, ignorando las miradas de algunos borrachos conocidos y muchos moteros.

Doy tres pasos, mi corazón late más rápido con cada uno. Pero, antes de llegar a la barra, lo siento detrás de mí otra vez. Su presencia me estremece. Me ha seguido.

—Estás jugando con fuego —dice. Su voz es baja y profunda, corta el ruido.

Me obligo a darme vuelta, mirándolo hacia arriba, pero su mirada oscura y fuerte me deja clavada en el sitio. Se inclina, con los labios cerca de mi oído para que pueda sentir su aliento.

—Eres demasiado joven para este sitio, ángel. Date la vuelta y vete antes de que sea demasiado tarde.

El calor en mi cara se convierte en enfado, e intento ignorar la sensación de excitación.

—No soy una cría —digo en voz alta—. Y no te tengo miedo.

Su sonrisa se ensancha, pero no es feliz. Es más oscura.

—Aún no tienes miedo —dice en voz baja, su voz como una advertencia—, pero deberías. Porque, una vez que entras en este mundo, no puedes salir.

Siguiente capítulo
Calificación 4.4 de 5 en la App Store
82.5K Ratings
Galatea logo

Libros ilimitados, experiencias inmersivas.

Facebook de GalateaInstagram de GalateaTikTok de Galatea