Enamorada de la mafia

Kyle estaba entusiasmada. Nunca había estado en la playa, y creía que Dimitri se divertiría.

Podía sentir su sinceridad en hacer de éste el mejor viaje a la playa para ella, pero sentía que su idea de diversiónera algo diferente.

Dimitri entró en un aparcamiento de arena junto a una casa de la playa.

La casa de la playa no era tan grande como la casa a la que la llevaron, pero era más grande que cualquier apartamento o casa en la que hubiera vivido.

La casa era de color azul pastel en el exterior con contraventanas blancas, y podía decir que había al menos tres niveles debido a las ventanas.

Dimitri llevó a Kyle de la mano al interior de la casa y la arrastró a un gran dormitorio en el primer piso. Ella esperaba que todas las habitaciones estuvieran decoradas con temas playeros, pero esta era bastante masculina.

Los colores eran blanco y negro. La cama era enorme; parecía ser más grande que unade matrimonio. Se acercó y se tumbó en ella, sin poder resistir el impulso de ver lo cómoda que era.

—Esto es muy cómodo. Más cómodo que la cama de Max.

Dimitri se rió de ella. —Me alegro de que te guste mi cama, myshka. La que tengo en casa es igual. Si te portas bien, tu recompensa será dormir en ella esta noche.

La cara de Kyle se puso roja; sabía a qué se refería Dimitri con lo de dormir en ella. Se dio cuenta de que no odiaba la idea de estar con él. Se sentía más cómoda con él que con Max.

—No hay necesidad de avergonzarse, es sólo una cama —dijo mientras le guiñaba un ojo. —Ahora, tenemos que cambiarte —le ordenó que se pusiera el traje de baño que le entregó.

El bañador era blanco y muy pequeño comparado con lo que ella consideraba un bañador, pero hizo lo que Dimitri le dijo. Sabía que él era igual que Max y quería que se cambiara delante de él, así que lo hizo.

Se quitó la camiseta y los pantalones cortos y se quedó en ropa interior antes de empezar a quitarse lentamente las bragas y el sujetador.

Era extraño vestirse delante de un hombre, pero secretamente le gustaba porque le daba confianza cuando la miraban, especialmente cuando sus ojos se detenían demasiado.

Dimitri se acercó a ella y le acarició la cara con el dedo. —Khoroshen'kiy. ~

Kyle no tenía ni idea de lo que le había dicho, pero le hizo respirar con dificultad y sintió un cosquilleo en la piel en el lugar donde su dedo le tocaba la cara.

Dimitri le quitó el bañador y la ayudó a ponérselo. La acompañó hasta el espejo de cuerpo entero para que pudiera verse.

—¿Ves? Eres bonita —le dijo.

—¿Es eso lo que dijiste hace un momento?

—Lo es. Tu cuerpo es hermoso, y no deberías ocultarlo —dijo mientras le besaba la cabeza.

Kyle se quedó mirando su cuerpo, creyendo a Dimitri cuando la llamó hermosa.

Dimitri cogió la cesta que estaba en un rincón de la habitación, cogió a Kyle de la mano y la llevó fuera, a la playa. Se detuvieron a unos metros del agua y Dimitri dejó la cesta en el suelo y empezó a revisarla.

Sacó una manta y la colocó en posición horizontal, clavándola en la arena para que no se volara.

Dimitri se sentó y palmeó el lugar frente a él. —Por favor, siéntate de cara al agua.

Kyle se sorprendió de que dijera por favor, pero hizo lo que le dijo porque sabía que seguía siendo una orden.

—No quiero que tu hermosa piel se queme —dijo mientras empezaba a aplicar el protector solar.

Dimitri hizo que la aplicación de la crema solar fuera sensual; sus manos le hacían cosquillas en la piel mientras se la pasaba por la espalda y los brazos. «Gira», dijo Dimitri, y Kyle no hesitó.

Ella se dio la vuelta y se puso frente a él. Cuando se situó, empezó a aplicarle la crema solar en la parte delantera del cuerpo.

Mientras estaba sentada, observó el rostro de Dimitri. Tenía una cicatriz sobre el ojo derecho. Llevaba el pelo corto, casi totalmente rapado, y se preguntó qué aspecto tendría bajo su ropa.

—¿Estás excitada, myshka? —Dimitri le preguntó.

—Sí… —Hizo una pausa para poder ordenar sus pensamientos sobre lo que iba a decir a continuación— Me haces sentir sexy cuando te aplicas el protector solar de esa manera.

—Bien, entonces he hecho lo que tenía que hacer. Ahora, dame tus piernas.

Kyle le descruzó las piernas y le entregó el pie izquierdo. Le aplicó la crema solar en los dedos de los pies y subió por la pierna hasta llegar a la parte superior de los muslos.

Kyle podía sentir la humedad en su coño y estaba segura de que Dimitri podía ver lo mojada que estaba la parte inferior de su bikini, pero no dijo nada y pasó a su otra pierna.

—Sólo hay un lugar más para conseguir. Levántate —Aunque parecía una exigencia, Dimitri la ayudó a levantarse.

Una vez de pie, Dimitri le dio la vuelta para que estuviera de espaldas a él. Se arrodilló, se puso un poco de crema solar en la palma de la mano y se la frotó en el trasero.

Mientras terminaba, se inclinó hacia delante y la mordió. En lugar de un chillido, ella dejó escapar un gemido, y Dimitri soltó una carcajada.

—Es bueno saber que te gusta un poco de dolor. Ahora te toca a ti palparme —dijo bromeando, con un guiño.

Kyle cogió el bote de crema solar y Dimitri se quitó la camiseta y se tumbó boca abajo para que ella pudiera empezar con la espalda. Mientras se frotaba con el protector solar, se fijó en cada centímetro de su espalda.

Sus músculos estaban definidos. Tenía pequeñas cicatrices que bordeaban la parte inferior de su espalda, y su piel era suave y tersa.

Cuando empezó con la parte posterior de las piernas, se dio cuenta de que tampoco tenía pelo allí. Este hombre era un dios sin pelo, y a ella le encantaba.

—¿Puedes darte la vuelta, por favor?

Sin hacer ruido, Dimitri se dio la vuelta, colocó las manos detrás de la cabeza y se acostó. Kyle empezó a aplicarle el protector solar en el pecho.

Esperaba que le estuviera gustando, pero él no dio ninguna indicación.

No fue hasta que bajó hacia su cintura que se dio cuenta de que tenía un problema bastante importante, y trató de ignorar su erección y se dirigió hacia sus piernas.

—Muy bien, todo hecho —le dijo ella.

—Entonces, sólo hay una cosa que hacer.