Una amistad complicada

Georgina

Estoy sentada en mi clase de Cálculo AP, mirando la nuca de AJ mientras se ríe y bromea con el chico que se sienta a su lado.

Si las miradas pudieran matar, su estúpida y perfectamente peinada cabeza de pelo negro habría explotado en los primeros segundos del periodo con el odio que puedo sentir que sale de mis ojos.

Ese imbécil arrogante es el mariscal de campo estrella aquí y tampoco deja que nadie lo olvide. Todas mis supuestas amigas se desmayan cada vez que está cerca, pero realmente no veo cuál es la atracción.

Tiene los ojos marrones turbios, la nariz ligeramente respingona y los labios demasiado carnosos para ser lo que yo considero atractivo para un chico.

Es alto y, obviamente, está bien construido debido a todo el entrenamiento de fútbol, pero un cuerpo en forma no compensa la falta de personalidad. Todos los rumores apuntan a que es el típico deportista gilipollas.

La música de rap detestablemente alta y sexista que tiene constantemente en los altavoces de su coche me hace odiarlo aún más.

El hecho de que esté en todas mis clases de AP, y que obtenga mejores notas que yo en ~todas~ ~mis clases de AP es un punto realmente doloroso para mí y solo agrava todas las otras cosas de mierda sobre él.

Después de mi primera semana terrible en este instituto, he hecho todo lo posible para encajar. Empecé a llevar faldas y vestidos todos los días en lugar de los vaqueros y pantalones cortos con los que vivía hasta entonces.

Mis tops se volvieron más ajustados y de colores más brillantes. Le rogué a mi padre que me dejara ponerme lentillas para no tener que llevar las gafas al colegio. Empecé a maquillarme y a llevar tacones.

Las chicas de las que me he hecho amiga son todas animadoras, así que también me uní al equipo. Escucho la misma música pop que ellas.

Pero todo es superficial. Nunca he invitado a ninguna de las chicas a mi casa, no es que ninguna haya pedido venir. Nunca les he dicho que mi madre había muerto.

Nunca les he dicho que en realidad odio su mierda de gusto musical y que realmente no me importó cuando One Direction se separó.

Ninguna de ellas es lo suficientemente inteligente como para estar en las clases avanzadas, así que me siento felizmente al fondo de todas mis clases por mi cuenta, normalmente con un auricular en una oreja escuchando música.

Tamborileo con mis uñas rosas perfectamente cuidadas encima de mi libro de texto, esperando a que el profesor termine de escribir la siguiente tanda de problemas en la pizarra.

—¿Puedes no hacerlo? —AJ se retuerce y empuja mi mano de la dura superficie de cartón del libro, y yo frunzo el ceño mientras mis dedos golpean el escritorio de madera.

—Oh, lo siento mucho, AJ. ¿Te estoy molestando? —inclino la cabeza en señal de falsa preocupación.

—Sí, estoy tratando de concentrarme y tus golpes no ayudan. Habría pensado que tendrías que prestar más atención para no perder aún más notas en esta clase

Se ríe y se vuelve hacia el frente, moviendo ligeramente la cabeza para apartar la parte delantera más larga de su pelo de los ojos.

Resoplo y empiezo a tamborilear de nuevo con los dedos, esta vez con las dos manos sobre el escritorio de madera, para que suene más fuerte.

Los hombros de AJ se tensan, casi al compás de mi sonido.

Sonrío y empiezo a golpear mi zapato contra la pata metálica de su silla, de modo que hace un tintineo metálico.

Veo que la nuca se pone roja, así que paso a golpear con el pie entre las dos patas traseras de su silla, la fuerza la mueve un poco cada vez.

Empuja bruscamente su silla hacia atrás, golpeando mi escritorio y haciendo que mi libro se deslice por el suelo con un fuerte golpe.

—¡Señor McGabe y señorita Evans! ¡Detención, los dos!

—¡Pero, señor, fue él! —protesto al mismo tiempo que él gime.

—¡Pero, señor, era ella!

—No me importa. Ambos están causando una distracción, así que se quedarán después de la escuela

—Maldita perra —oigo murmurar a AJ en voz baja, y le doy una patada en la parte inferior de la silla con toda la fuerza que puedo, apuntando al lugar donde debería estar su pene, haciéndole saltar.

***

Le envío un mensaje a Macy, la jefa de las animadoras, para informarle de que llegaré tarde al entrenamiento por culpa de mi estúpido castigo.

No puedo creer que ese imbécil me haya castigado el primer día de clases.~

Y, por supuesto, ya está en la sala cuando llego. Me sonríe, así que cuando paso por delante de su mesa, finjo tropezar y golpear su escritorio, empujando todos sus apuntes pulcramente colocados en el suelo.

—¡Imbécil! —ruge, poniéndose en pie de un salto y tratando de recoger las hojas sueltas.

—¡Uy! Qué torpe soy —me río, asegurándome de pasar por encima de ellas, patearlas fuera de su alcance y dirigirme al fondo del aula.

—Eres una maldita perra —escupe AJ mientras se sienta de nuevo, agarrando su lío de notas en las manos.

—Y tú eres un maldito...

El profesor que nos está castigado elige ese momento para entrar y me mira fijamente. Cierro la boca, sintiendo que me arden las mejillas.

Después de que nos lean el acta de motín sobre nuestro mal comportamiento y cómo nuestras acciones ahora afectarán al resto de nuestras vidas, bla, bla, bla, saco mis deberes del día. Es mejor utilizar mi tiempo de forma productiva.

Mi teléfono zumba en mi bolso. Al sacarlo, veo un nuevo mensaje de Jake.

Me siento, incapaz de controlar la sonrisa en mi cara. No puedo creer que por fin vaya a tener a mi mejor amigo aquí conmigo. Y sin duda entrará en el equipo de fútbol, lo que significa que podremos pasar el rato todo el tiempo.

Un movimiento delante de mí me llama la atención y alzo la vista para ver a AJ sacando su teléfono del bolsillo. Lee un mensaje y sonríe ampliamente, contestando rápidamente.

Probablemente una llamada para ligar después de la práctica de fútbol.

Después de lo que parece una eternidad, se acaba la hora, y rápidamente me echo la bolsa al hombro para poder llegar al entrenamiento de las animadoras lo antes posible. Cuando voy a cruzar la puerta, choco con algo sólido.

—¿Qué coño...? —levanto la vista y encuentro a AJ encajado en el marco de la puerta a mi lado— ¡Muévete, gran zoquete!

Intento pasar a toda prisa, pero me agarra la mochila y me tira hacia atrás, haciéndome perder el equilibrio sobre mis estúpidos tacones de tres pulgadas.

Cuando mi trasero toca el suelo, mira hacia abajo con una sonrisa divertida y atraviesa la puerta ahora despejada, dejando que la puerta se cierre tras él.

Todavía estoy furiosa mientras salgo al campo, con los brazos por encima de la cabeza, atando mi largo pelo en una coleta alta.

—¿Qué coño te ha pasado? —mi amiga Katy toma mi ceño y mis mejillas rojas.

—Adivina —resoplo y empiezo a estirar los músculos.

—¿AJ? —se ríe, sus ojos se desvían hacia el campo de fútbol donde AJ está ahora de pie en el centro del resto del equipo, hablando animadamente— ¿Qué ha hecho ahora?

—Se las arregló para que me echaran un castigo cuando ni siquiera era mi culpa, y luego me tiró al suelo cuando intentaba salir del aula

Me pongo en posición de separación y me inclino hacia el pie derecho, disfrutando del tirón de los músculos del muslo.

—No me importaría que me tirara al suelo... siempre que se acostara encima de mí —Katy suspira, mordiéndose el labio inferior mientras vive alguna fantasía enfermiza en su imaginación.

Hago como si me dieran arcadas.

—No entiendo cómo no piensas que es guapo. Es sexo caminando

—Su impresionante personalidad eclipsa su impresionante aspecto, supongo —me quedé sin palabras.

Frunce los labios hacia mí antes de echarse el pelo por encima del hombro y volverse hacia el resto del equipo. —Lo que sea, Gina

Cuando termina el entrenamiento, vuelvo a mi coche con Katy, Macy y Robyn a cuestas. Están inmersas en una discusión sobre la primera fiesta del nuevo año escolar que tendrá lugar el viernes en casa de PJ.

Han renunciado a intentar persuadirme para que vaya después de que me enterara de que AJ iba a estar allí, y declarado que prefería arrancarme todas las uñas antes de ir a una fiesta a la que él asistiría.

Demasiadas noches, he sido la conductora designada en alguna fiesta horrible y he visto como AJ y sus amigos se emborrachaban y se aprovechaban de los impresionables estudiantes de primer año.

AJ tiene incluso su propia guarida sexual en la casa de PJ. Si una chica desaparece allí con él, todo el mundo sabe al día siguiente que ella estuvo en un juego justo. Es asqueroso.

Como jefa de las animadoras, Macy siente que es su misión ligar con todo el equipo de fútbol y lo fomenta mucho entre la plantilla. Más desagradable aún.

Abro el cerrojo de mi coche VW escarabajo azul y las chicas suben al coche. Mientras enciendo el motor y los tonos ásperos de Tom Waits se filtran por los altavoces, me golpeo mentalmente por no haber cambiado mi CD cuando llegué a la escuela esta mañana.

—¡Eh! ¿Qué es esa música de viejo, Gina? —Macy arruga la nariz antes de estirar la mano, expulsarla y sustituirla por una de Taylor Swift.

—Lo siento, mi... eh... papá tomó prestado mi coche y lo dejó dentro —mis amigas parecen aceptar mi mentira y continúan su conversación.

Una vez que dejo a la última chica en casa, vuelvo a poner a Tom Waits, cantando con él. Es el cantante favorito de mi padre, y escucharlo siempre me hace sentir segura y reconfortada.

Además, es increíble. Hermosas palabras acompañadas de melodías melancólicas. Al llegar a mi casa, vuelvo a estar de buen humor, esperando la inminente llegada de Jake.