Reencuentro con mi secuestrador - Portada del libro

Reencuentro con mi secuestrador

Tania Shava

Capítulo 6

Talia

Talia empezó a asustarse y a retorcerse, y Axel la soltó mientras jadeaba.

—¿Por qué te pones así, preciosa? Sé que te has arreglado sólo para mí —dijo, mientras su mano se deslizaba por su muslo. Tenía su aliento caliente en el cuello.

—¡No, no ha sido así, enfermo de mierda!

De repente, la mano de él se cerró sobre la garganta de Talia.

—¿Qué has dicho, zorra?

—Nada —dijo ella, retorciéndose y asustada.

—Buena chica —replicó Axel.

Talia permaneció callada, apenas tragando saliva. Decidió tomar un camino diferente.

—¿No se enfadará Sophie si se entera de que estás aquí? —aventuró.

—No hablemos de ella ahora, mi adorable Talia. Estoy aquí sólo para ti esta noche.

Su corazón empezó a martillear salvajemente cuando sintió su erección, y se dio cuenta de que no llevaba camisa. ¿Qué iba a pasar?

Nunca había tenido relaciones sexuales. Era virgen y no había pensado que aquello pudiera suceder así. No era como había imaginado su primera vez. ¿Dónde estaban las rosas, las velas, el champán?

Pero ¿a quién quería engañar? ¿Cómo podría rechazar al jefe de la mafia, después de todo?

—¿En qué estás pensando? —preguntó él, mientras sus labios recorrían su cuello y le lamían la clavícula. Ella estaba demasiado bloqueada como para responder, no encontraba palabras en su cabeza.

¿Estaba realmente allí o era todo una pesadilla de la que no podía despertar?

—Relájate, Talia. Tú y yo vamos a divertirnos esta noche. Y me refiero a divertirnos en serio.

La mano de él se deslizó desde su cintura hasta su pecho y comenzó a sobarlo. Su mente se soltó y empezó a forcejear de nuevo.

—No, no puedo hacer esto, Axel. No así.

Él finalmente se detuvo y la miró.

—¿Por qué? ¿Es por Londres?

—No, es por él —respondió en voz baja.

—Entonces, ¿por qué me rechazas, Talia? Dame una buena razón para que pueda entenderlo. Me perteneces, ¡me oyes! ¡A MÍ! Yo te encontré y eres mía.

—No, Axel, me pertenezco a mí misma. No soy una posesión que puedas guardar o utilizar según te convenga.

Él soltó una carcajada cínica.

—Oh, pero tú eres mía, Talia —aseguró dijo mientras empezaba a chuparle el lóbulo de la oreja.

¿Qué le pasaba aquella noche? Tenía a Sophie y sólo estaba siendo codicioso y posesivo a saber por qué razón. Él se detuvo de repente y ella exhaló.

—Mañana te voy a asignar un nuevo trabajo, observarás a una de mis mejores chicas, Marize. Y espero que te pongas al día rápidamente. Has demostrado que puedes ser todo un espectáculo, ¿verdad?

—¿De qué trabajo hablas? —preguntó ella, sin que le gustara cómo sonaba su voz.

—No te preocupes, Talia, pronto aprenderás y te utilizaré en mi beneficio dijo Axel mientras su mano acariciaba su muslo.

¿Podría la vida ser peor que aquello?

—¿Sophie se dedica a eso?

—Bueno... Sí, a veces lo hace, pero últimamente se sienta y mira conmigo desde la habitación de al lado. ¿Por qué lo preguntas?

—Por nada —respondió ella. La cama se movió cuando Axel se levantó.

—Será mejor que te prepares para mañana —fue su despedida.

Siguiente capítulo
Calificación 4.4 de 5 en la App Store
82.5K Ratings
Galatea logo

Libros ilimitados, experiencias inmersivas.

Facebook de GalateaInstagram de GalateaTikTok de Galatea