Alfa Malik - Portada del libro

Alfa Malik

Midika Crane

Capítulo 3

Aria

Golpeo ansiosamente las puntas de mis dedos, inclinándome hacia delante en el sofá.

—Toma —insiste Alexa, acercando el vaso a mi cara. Poniendo los ojos en blanco, lo aparto nuevamente de mí, no me apetece ni una gota del Chardonnay con el que casi siempre se emborracha.

Mis ojos están pegados al televisor, preparándome para lo que vendrá después.

Mi mejor amiga se tumba a mi lado, balanceando el cuello del vaso entre sus dedos.

Aquí estamos, esperando el anuncio en directo de todos los nombres seleccionados para la competición. Los nombres de las personas que participarán en la lucha por el amor del Alfa Malik.

Tengo un leve atisbo de esperanza de que tal vez, tal vez, no me seleccionen; de que todo lo que me dijeron esos rebeldes fuera mentira.

Ha pasado un mes y medio desde que los vi por última vez. El rebelde principal, al que me dijeron que llamara Grey, me visitó una vez en casa para recordarme mis vínculos con la organización de la que aún no se nada.

Lo único que sé es que quieren que recupere una reliquia familiar que está en posesión de Malik.

Y esa es la razón por la que voy a ser elegida para competir, a pesar del “justo” proceso de selección.

—Es lo más concentrada que te he visto nunca en algo que no sea la lectura —observa Alexa, golpeando suavemente mi espinilla con el borde de la zapatilla.

Mía por cierto, ya que se encarga a menudo de llevarse todo lo que me pertenece.

Me encojo de hombros, tratando de relajarme un poco. —No sé... solo quiero acabar con esto.

Alexa no podía saber lo que había pasado. Grey me lo había dejado claro.

Ella debía permanecer ajena a todo, y cuando se anunciara mi nombre, se pensaría que era pura suerte del sorteo.

Aún tenía la oportunidad de ser elegida para competir conmigo, pero dudo que eso fuera a ocurrir.

Voy a meterme en esto a ciegas, y sola.

—Entonces, ¿nadie sabe cómo son los elegidos? —preguntó Alexa, más para sí misma que para mí.

Yo no había enviado ninguna foto, y tampoco me imaginaba a nadie más haciéndolo, pero no descartaría que Alexa utilizara su impecable físico para influir en algunas de las personas de detrás del proceso de selección.

Solo sus ojos podían hacer que un hombre cambiara las reglas por ella.

—Obviamente, no nos van a elegir —me recordó Alexa, haciéndome respirar profundamente e intentando recostarme para calmarme un poco—. Recuerda, hay literalmente dos posibilidades entre un millón.

—Siguen siendo una posibilidad —murmuro en voz baja.

La emisión comienza exactamente a la hora prevista, con un hombre y una mujer muy bien vestidos, sentados detrás de un escritorio lleno de papeles.

Haciendo algunas bromas para tratar de ganarse a la gente antes de destrozar a los que no logren entrar.

De vez en cuando, la cámara corta a un plano de la finca de Malik, donde vivirán las chicas elegidas para el concurso.

—Imagínate... imagínate poder vivir una vida que no sea tan mediocre —murmura Alexa soñadoramente, apoyando la cabeza en sus manos.

Por suerte, había decidido dejar el vino y prestar atención a lo que iba a ocurrir en la pantalla.

No puedo imaginarlo porque nunca me he acercado a ello. Y nunca he querido hacerlo.

—A todas las elegidas para esta maravillosa experiencia, que competirán por ser la Luna de la Manada del Amor, buena suerte —dice el presentador masculino con una sonrisa enfermizamente dulce dibujada en su rostro.

Me pregunto qué piensa él sobre esto. ¿Está de acuerdo con ello?

La presentadora asiente como respuesta. —Vamos a anunciar a las 24 concursantes de las 12 manadas que compiten.

De repente, Alexa se pone de pie.

—¡Ya empieza! —exclama dando palmas. Me quedo en el sofá, con los brazos cruzados sobre el cuerpo mientras doy golpecitos nerviosos con el pie. ¿Cómo va a reaccionar Alexa cuando se entere?

¿Se enfadará conmigo? ¿O se pondrá celosa?

Con música dramática de fondo, comienza la selección. Lo único en lo que puedo pensar mientras se anuncian los nombres al “azar” de cada manada, es en las chicas emocionadas y decepcionadas de todo el país.

Alexa tiene los dedos cruzados y está arrodillada frente al televisor, esperando que lleguen a la Manada del Amor.

—De la Manada del Deseo, Phoenix Diamond —lee la presentadora, mirando a la cámara desde el papel que tiene en la mano.

Alexa me mira por encima del hombro. —¿Has oído hablar de ella?

Negando con la cabeza, me pregunto brevemente por qué Alexa piensa que yo podría conocer a alguien de la Manada del Deseo. Alexa siempre ha sido mucho más popular que yo, en nuestra manada y fuera de ella.

Se relaciona con grupos de gente que yo no sabía ni que existían, y me he acostumbrado a ser la única amiga que se queda fuera.

—Su familia es súper rica... No puedo creer que la hayan elegido...

¿Rica? ¿Quién de la Manada del Deseo no lo es?

El hecho de que la hayan elegido para esta estupidez es probablemente una coincidencia, pero, por alguna razón, me hace moverme nerviosamente, esperando que no tenga más privilegios que yo.

¿Por qué estoy pensando así? Lo único que tengo que hacer es conseguir el collar y salir de allí. No hay necesidad de seducir al Alfa.

—Ahora, las elegidas de la Manada del Amor... —anuncia el hombre.

Chillando, Alexa corre por la habitación antes de callarse y volver a arrodillarse frente al televisor como si fuera un santuario.

Lo único que se me ocurre es quedarme quieta y esperar que quizás, quizás todo esto haya sido una broma...cualquier cosa menos ser elegida para esto.

—Nuestra primera seleccionada es... ¡Macie North!

El suspiro que sale de Alexa es claramente irritable. No la conozco, lo que me hace suponer que es de otra parte de la manada.

—Todavía hay una oportunidad más —dice Alexa cogiendo aire, sin molestarse en devolverme la mirada. Agradezco que no lo haga, para que no se dé cuenta de lo estresada que probablemente parezco.

Conociendo a mi mejor amiga, se lo tomaría como que quiero ser elegida, como ella.

—Y nuestra segunda...

Cierro los ojos.

—...seleccionada para luchar por el corazón del Alfa Malik...

Alexa cruza los dedos.

—Es...

Mi respiración se detiene por completo.

—Aria Quade.

Mi corazón se desploma cuando el presentador pronuncia cada parte de mi nombre lentamente, como si no lo hubiera entendido ya.

Alexa no se mueve ni un segundo antes de que de su boca brote un chillido tan estrepitoso por el cual probablemente reciba una queja más tarde de parte de mis vecinos.

—¡Eres tú! Tú...Yo... tú... ¡has sido elegida!

El hecho de que ya lo supiera no altera mis emociones, pero el mero hecho de escuchar mi nombre hace que me congele, que mi corazón se detenga hasta el punto de casi desmayarme.

Al menos habría sido un dulce alivio para no parecer una gelatina temblorosa.

No quiero esto. No hay forma de que esté lista para conocer a un Alfa.

Alexa se lanza hacia mí. —No puedo creer que mi mejor amiga haya sido elegida para este concurso. Es el mejor día de mi vida.

¿Estoy soñando o a Alexa le parece bien que le quite esta oportunidad? Quiero llorar en su hombro y decirle la verdad, pero no puedo empezar a formar las palabras en mi boca.

La cara de Grey viene a mi mente, asustándome hasta dejarme muda.

—No puedo creerlo —digo sin aliento, parcialmente aplastada por el cuerpo de Alexa encima de mí.

—¡Yo tampoco! Me alegro mucho de haberte convencido para que te apuntaras —exclama, cogiendo mi cara entre sus manos. Está sonrojada y realmente excitada, mientras que yo siento cómo se me va el color de la cara.

Para mí, esta noticia es la peor que podría haber recibido, pero, para Alexa, es un paso más hacia la vida de riqueza y fama que tanto desea.

Aunque sea una vida vicaria, a través de mí...

—Tengo miedo —le digo sinceramente.

Alexa me suelta, rodando sobre mí y volviendo al sofá. Sigue sonriendo como una idiota, sin saber claramente lo que quiero decir o, al menos, la razón que hay detrás.

Al menos su inocencia sobre la situación me reconforta.

—No tienes por qué —dice ella, sin poder sofocar las burbujas de histeria en su voz. —Estamos hablando de Malik. Es un sustituto sexy a tu compañero, como mínimo.

No me molesto en contener mi mirada. Típico de Alexa.

—Entonces, ¿no estás enfadada? —pregunto con recelo. Alexa sacude la cabeza casi al instante, y me relajo en cuanto veo la honestidad en sus ojos.

¿Qué puede ser peor que participar en un concurso y perder a mi mejor amiga por ello?

Por mucho que odie admitirlo, la necesito.

—¿Qué pasa ahora? —pregunto, mirando de nuevo a la televisión mientras leen más nombres desconocidos en voz alta. Los nombres de las chicas que pensarán que estoy intentando que las echen.

Si pudiera explicarlo todo, para mantenerlas a todas tranquilas...

Alexa sonríe. —Tienes suerte de que haya leído la hoja de información.

La verdad es que no.

—Mañana vendrán a documentar tu vida antes de que te vayas, para ver cómo vive su posible futura Luna, y luego te enviarán a conocer a las otras competidores, a las otras chicas...

Alexa respira profundamente.

—Luego conocerás a Malik... y ahí empieza la diversión —dice Alexa en una ráfaga de palabras frenéticas que apenas entiendo.

—Bien... el Alfa.

Alexa me agarra por los hombros, sacudiéndome ligeramente. La miro a los ojos y veo a una chica completamente seria en todo este asunto. Ella haría un trabajo mucho mejor que yo seduciendo a Malik.

Todos sus planes para mí son una pérdida de tiempo.

—Tienes que intentarlo, Ari. Prométeme que lo intentarás —suplica Alexa.

—Odio cuando me llamas así —murmuro.

Es el turno de Alexa de poner los ojos en blanco. —No puedes ser tímida, ¿vale? Por favor, no te pongas en plan friki.

Frunzo el ceño al verla. ¿Friki? Acaba de resumirme... ¿Espera que se lo oculte a Malik? Quizá si le muestro mi verdadero yo, no me mirará dos veces...

No, no puedo ser eliminada.

—Bien, bien —le quito importancia—. Intentaré seducirlo como dios manda, ¿vale?

Alexa sonrió. —Esa es mi chica.

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