Rescata mi corazón - Portada del libro

Rescata mi corazón

Tiffanyluvss

El santo conoce al pecador

I’ve never fallen from quite this high (Nunca he caído desde tan alto)

Falling into your ocean eyes (Cayendo en tus ojos oceánicos) —Billie Eilish.

Canción del capítulo: «Ocean Eyes» de Billie Eilish.

HARMONY

Siento cómo mi piel refleja el color rojo, naranja y dorado de las llamas de las hogueras mientras se elevan hasta llegar el cielo negro como el carbón.

La fragancia amaderada del humo se propaga por el aire y se percibe el calor del fuego, pero aún no lo suficiente como para superar el gélido aire nocturno.

Una música estridente hace vibrar la tierra polvorienta mientras las cenizas se alejan del humo y vagan a la deriva entre los estudiantes universitarios que socializan.

Todos parecen conocerse, aunque la mayoría son de primer curso. El ambiente está abarrotado y no es mi estilo en absoluto, y no puedo evitar sentirme diminuta y fuera de lugar.

Esto parece una fiesta en lugar de una orientación. No hace falta decir lo incómoda que me siento.

Estoy a punto de dar media vuelta y volver a mi dormitorio cuando April se acerca a mi lado, recordándome que no estoy aquí sola.

―Hace mucho frío aquí fuera. Debería haber traído una chaqueta. ―El vapor a causa del frío sale de su boca mientras habla, y la luz naranja parpadeante de la hoguera se refleja en sus pupilas.

Solo lleva un vestido de tirantes color crema, un fino collar plateado y bailarinas blancas. Lleva el pelo castaño recogido en un moño suelto.

Claro que se está congelando, su atuendo es más apropiado para una calurosa tarde de verano.

Mi sistema inmunitario puede ser bastante débil a veces, así que me aseguré de llevar un jersey gris gigante de mi padre y un par de vaqueros deslavados ligeramente holgados.

Mi madre me compra la mayoría de la ropa; me coge tallas más grandes porque piensa en el futuro. Dice que así podré conservarla durante mucho tiempo y no tendré que ir de compras pronto.

Además de su trastorno obsesivo-compulsivo, es bastante conservadora.

April se frota los brazos mientras aprieta los dientes, y cada vez aparece más gente.

Las multitudes me ponen tan nerviosa.

―Podría volver corriendo a buscarte un jersey ―le ofrezco de buena gana, pero ella me agarra ligeramente del brazo y niega con la cabeza.

―No, está bien. Grayson Hall está al fondo del campus.

«Y ahí se fue mi oportunidad de escaparme para tomarme un respiro».

Resoplo y pateo sutilmente el suelo en señal de decepción.

―¡April! ―Una voz femenina me hace levantar la cabeza y ver a dos chicas corriendo frenéticamente hacia nosotras. Doy un paso atrás cuando la boca de mi compañera de piso se separa en una sonrisa gigante.

Las dos chicas saltan a sus brazos y estallan en un ataque de risas felices mientras galopan alegremente en un círculo cerrado. Las observo con interés; pienso que nunca nadie se ha alegrado tanto de verme.

―Chicas, ¿cuándo habéis llegado? ―Se aleja April titubeando; todas tienen unas sonrisas electrizantes.

―Mi madre nos dejó hace una hora ―responde una por encima de la música.

Su tono de piel color caramelo es precioso y tiene el pelo negro con pequeñas mechas blancas. La mezcla de colores me intriga y me quedo embobada mirándoselo.

―Estás muy guapa, April ―dice la otra, apartándole el pelo castaño de los ojos―. Me encanta el vestido.

―Gracias ―April sonríe, antes de agarrarse a mi brazo y tirar suavemente de mí hacia delante―. Chicas, os presento a mi nueva compañera de piso. Harmony Skye.

Sonrío torpemente mientras las dos chicas me devuelven el saludo.

―Guau, es guapa. Me gusta su nombre ―dice la morena, y me fijo en lo pequeños que son sus rasgos faciales. Su nariz es casi inexistente.

―Yo soy Tia, y ella es Yuna ―Señala a la chica de piel caramelo impecable, que saluda con un haz de luz.

―Debo decir que pareces joven. ¿Cuántos años tienes? ―pregunta Tia.

―Tengo dieciocho ―respondo, y todas asienten.

―Parece que tengas dieciséis ―añade Yuna, y yo sonrío. No estoy segura de si lo decían en el buen sentido o no, pero a juzgar por las sonrisas de sus caras, puede que sí.

―Vamos, Blaze. Las de primero acaban de llegar ―Oigo a April gemir, y yo sigo su punto de visión para ver a un par de chicos que sostienen cervezas mientras hablan con dos chicas junto a la improvisada sección de DJ.

Las chicas se balancean notablemente en sus posturas con enormes sonrisas pegadas en sus caras, y me doy cuenta de que los dos chicos están flirteando con ellas.

―Ya está mirando a las chicas ―Yuna se ríe―. Maldita sea su boca encantadora y sus bonitos ojos.

―¡Blaze!

Los dos miran en nuestra dirección y luego dicen algo a las chicas que asienten al unísono mientras los chicos se acercan a nosotras.

Ambos parecen de la misma edad, pero la oscuridad no ofrece mucha revelación salvo el hecho de que uno parece tener el pelo castaño mientras que el color del cabello del otro es negro.

Sus físicos tampoco están mal y sus zancadas son seguras y serenas.

Salen de la oscuridad a la luz de la hoguera y, sin querer, el corazón me da un vuelco.

El chico de pelo castaño es bastante guapo, pero el de pelo negro es severamente atractivo. Tiene los ojos de April, pero los suyos son mucho más bonitos.

Los lóbulos de sus orejas están adornados con unos aros pequeñitos.

No me interesan mucho los chicos ni las citas, pero sería bastante deshonesta si dijera que no es guapo. Debe ser el primo del que habló April.

―Hola, señoritas ―Sonríe ampliamente, tirando de April para darle un abrazo.

Sus dientes son blancos como perlas y tiene hoyuelos profundos en ambas mejillas. A medida que su sonrisa se alarga, noto que tiene otro pendiente justo debajo de su labio inferior.

Me encanta el arte, la música y la literatura, y en parte por eso me cautivan los rasgos faciales únicos. No me importaría tener la oportunidad de dibujar a este tipo; sería un buen modelo.

Sus atributos son bonitos, y todo en él en su conjunto funciona bien. Tiene una serie de detalles insólitos que solo he visto en revistas de moda y en televisión. No es lo que esperaba ver en un entorno universitario.

―Hueles a whisky ―April se ríe en su jersey, y él se aparta con una risita mientras le besa la frente.

―Whisky y jabón corporal masculino ―Tia se abanica dramáticamente y las chicas se ríen.

Él sonríe mientras se mete una mano en el bolsillo, y entonces sus ojos se posan en mí.

Yo cierro los ojos al instante, y él inclina vagamente la cabeza, manteniendo el contacto visual conmigo.

«Vale, entonces...».

Intento no retorcerme. Detesto que la gente me mire fijamente; me cohíbe, y el hecho de que su mirada parezca intimidatoria lo empeora aún más.

No estoy segura de que me guste cómo me mira. Seguro que no me conoce porque nunca le he visto antes. Soy demasiado antisocial para haberme cruzado con esta criatura aparentemente extrovertida.

Mientras disfrutamos de nuestra incómoda mirada, aprovecho para fijarme más en su aspecto.

Sus cejas están naturalmente arqueadas hacia arriba, lo que hace que sus ojos parezcan algo... ¿malvados? Su nariz es perfecta, y sus pestañas son exageradamente largas, lo que hace que el borde de sus ojos tenga un brillo oscuro único.

La forma en que me mira es como la de un criminal que busca a su próxima víctima. Intensa y absorbente, como si estuviera asimilando todas mis cualidades, memorizando mi rostro para venir a buscarme más tarde.

Sus ojos azules se nublan con un brillo desconocido y sus labios esbozan una pequeña pero siniestra sonrisa. Se me pone la piel de gallina y aparto la mirada rápidamente al sentir que se me forma un nudo en el estómago.

«Espero que no volvamos a mirarnos a los ojos. Me pone los pelos de punta».

―¡Estos DJs son tan patéticos! Cambiad la música, capullos, ¡es una mierda! ―exclama April.

El amigo de Blaze, el chico de pelo castaño que da menos miedo, la abraza con una sonrisa coqueta.

―Podemos ir a algún sitio privado y poner nuestra propia música, April.

Ella pone los ojos en blanco y le agarra la mano, apartándosela con un suspiro.

―¿No estabas mirando a una chica junto al equipo de música hace menos de treinta minutos?

―No. Solo le preguntaba si ya había recibido uno de los folletos que se les daba a los de primer año ―Él se muerde el labio y ella se cruza de brazos.

―¿Te parezco estúpida? ¡Vamos! ¡Vete, James!

―No hasta que nos dejes poner nuestra propia música.

―Lee mis labios: por encima de mi cadáver.

Tia y Yuna se parten de la risa, y yo suelto una risita suave al ver su cara de abatimiento. No parece del todo dolido, ya que tiene una sonrisa en la boca. Probablemente esté acostumbrado.

Sin embargo, en medio de mi leve carcajada, mis ojos vuelven a posarse en los de Blaze, que sigue mirándome mientras se lleva la cerveza a los labios.

El fino anillo plateado de su dedo índice brilla al estar cerca del botellín marrón y su nuez de Adán se mueve mientras traga el líquido.

Desvío la mirada.

«¿Por qué sigue mirándome? ¿Tengo algo en la cara?».

Me limpio los labios con el nudillo, cohibida, antes de cambiar de postura, metiendo las manos en el jersey gris.

Frunzo un poco el ceño. La noche está helada y ya me siento improductiva, y eso que aún no han empezado las clases. Debería estar en la residencia preparándome para mi primera clase de mañana.

Esto no es una orientación, ¿verdad? Esperaba largos discursos de adultos sobre la universidad en lugar de un montón de jóvenes bebiendo, bailando y mirando fijamente a la gente.

Aunque para la mayoría de la gente los largos y aburridos discursos aburridos son lo peor que existe, para mí, una fiesta equivale a eso: lo peor.

No puedo evitar preguntarme si me engañaron para venir a una fiesta con el pretexto de que era una orientación.

―¡Cambiad la música, idiotas! ―brama James hacia la sección del DJ y la música cambia a una más alegre casi al instante.

―¿Esto es una fiesta? ―La pregunta sale de mis labios antes de que me dé cuenta, y todos dirigen sus miradas hacia mí.

Atención. Odio la atención.

«¿Por qué habré abierto la boca?».

―No, no lo es, Harmony ―April se ríe―. Así es la orientación de Homewood.

―Sí, empezaremos en un rato ―James me dedica una sonrisa encantadora.

Asiento tímidamente y dejo caer la mirada con la esperanza de que ahora todo el mundo desvíe su atención de mí. Odio tanto ser el centro de atención.

―¿Eres de primero?

Una voz ahumada suena entre nosotros, y alzo la mirada, notando que el tono suave pertenece a Blaze. Trago saliva, inquieta. Me hace sentir intensamente rara.

Mis ojos los recorren a todos. Las chicas observan a Blaze mientras James tiene una leve sonrisa de satisfacción en la cara.

―Sí ―Desvío la mirada al suelo inmediatamente después de responder.

«Por favor, déjame en paz».

―Vale, guay ―dice―. No me importaría enseñarte los alrededores...

―¡Noooo! ―April interviene rápidamente, y yo la miro―. No le enseñarás nada, Blaze. Lárgate de aquí.

Yuna se ríe.

―Ella no será tu próxima conquista.

«¿Próxima conquista? ¿Qué significa eso?».

Blaze se ríe. El sonido es atractivo e hipnótico mientras sus dientes blancos y perfectos hacen su reaparición. Veo exactamente de dónde ha sacado April los suyos, pero no puedo evitar fijarme en cómo no niega lo que han dicho.

―¿En serio? ¿Por qué sois así, chicas? April, ¿no se supone que eres mi prima?

―¿Por qué queréis cortarle el rollo? ―James lanza su brazo alrededor de su amigo, mientras Blaze toma otro sorbo de su cerveza, mirándome.

―Deberíais dejarle que haga lo que tiene que hacer. Además, parece una buena chica, ¿verdad, encanto?

No estoy segura de si debo responder o si es una pregunta retórica.

April ignora al amigo de su primo. Sonríe mientras cruza los brazos, mirando con complicidad a Blaze.

―Harmony tiene frío. Deberías empezar con la orientación o nos iremos.

Él asiente, conteniendo una sonrisa.

―De acuerdo. Vamos, Jay ―Me mira con una sonrisa burlona mientras su amigo le sigue.

Me pica la curiosidad y dirijo mi mirada a April.

―Uhm, ¿por qué le has dicho que no me enseñe el lugar?

―Escucha ―empieza Tia, apoyando una palma en mi hombro―, cuando Blaze dice que quiere «enseñarte los alrededores», quiere decir que quiere enseñarte su polla.

Me quedo boquiabierta. Nunca en mi vida había conocido a alguien tan directo. La forma en que las blasfemias salen fácilmente de sus labios me tiene intrigada.

Pasé la mayor parte de mi infancia en la iglesia y Collin era un joven diácono, así que nunca he estado rodeada de palabras vulgares.

Debo admitir que la gente de aquí es muy interesante; es muy diferente a lo que estoy acostumbrada. Son tan libres y autoexpresivos, y extrañamente... creo que me gusta.

―Sí, se acuesta contigo y al día siguiente no te llama ―añade Yuna.

―Se rumorea que es increíblemente bueno en la cama, pero la mayoría de las chicas que han pasado por esa experiencia nunca vuelven a salir igual.

»Te arrepentirás de estar cerca de alguien como Blaze, así que mantente alejada de él. Enamorarse de él es fácil, pero desenamorarse es difícil. Nunca dejes que se te acerque.

April no se suma a la discusión y, al observarla, parece estar preocupada.

La instrucción no es difícil de seguir. He vivido dieciocho años sin necesidad de relaciones íntimas, y pienso seguir así hasta que termine mis estudios.

Es cierto que me distraigo con facilidad, de ahí que compaginar un novio y los estudios me dejaría el cerebro como unas patatas demasiado fritas.

No dejaré que se me acerque. Los chicos espeluznantes que creen que mirar fijamente a las chicas es guay no son necesariamente mi tipo, y yo soy demasiado antisocial. Aburriría a esos chicos hasta la muerte.

Prefiero quedarme en casa y ver comedias románticas, mientras que a un chico de su calibre le encanta la fiesta. Nuestras auras chocarían mucho.

―Eres mona e inocente ―Tia me da un codazo cariñoso―. No dejes que Blaze te estropee.

―Chicas, ¿podéis dejar de hablar mal de él? Recordáis que es mi primo, ¿verdad?

Finalmente, April finalmente se pronuncia al respecto; su tono denota estar algo molesta. ―Basta ya de hablar de él. Están a punto de empezar.

La música se detiene y yo asiento en silencio mientras me concentro en lo que van a decir.

―Bienvenidos a todos. ¡Soy Blaze Xander! ―exclama por el micrófono, e inconscientemente tomo nota mental de su nombre.

―¡Eh, Blaze! ―corea el público. Las chicas le adoran. Todas se revuelven el pelo con los dedos, sonríen exageradamente y se agolpan en el escenario improvisado.

―Pobres chicas de primer año ―Tia suspira―. Blaze les va a joder la cabeza.

Una vez más, su uso despreocupado de improperios me deja pasmada, y ella se da cuenta y suelta una risita divertida.

―Perdona, ¿eres cristiana?

―Chicas, menos palabrotas cerca de mi compañera de habitación ―advierte April, y Yuna finge cerrar la boca con una cremallera, lo que me provoca una risita antes de que los vítores del público roben mi atención.

―¡Muy bien! ―Blaze aplaude―. La Universidad de Homewood es donde os encontraréis a vosotros mismos: vuestros puntos fuertes y vuestras debilidades. Es donde os convertiréis en lo que sois como personas.

»Con mi ayuda y la de James ―Señala a su amigo―, estaréis a gusto y como en casa.

―Sí, con tu pene dentro ―Yuna suelta una risita, y April se ríe mientras la golpea juguetonamente en el hombro.

James se adelanta para susurrarle algo a Blaze, y él inclina la oreja, asintiendo antes de pasarse una mano por su oscura mata de rizos.

―Muy bien, antes de leer oficialmente la guía de supervivencia, ¿tenéis alguna pregunta? ¿Algo sobre lo que tengáis una curiosidad insana?

Varias manos ansiosas se levantan y él señala a una chica baja con el pelo pelirrojo.

―Uhm, ¡¿tienes novia?!

Todos se unen en una serie de «oohs» ante la descarada pregunta. Sin duda, la chica es valiente, algo que yo nunca seré, pero ¿qué relación tiene eso con la universidad?

Tia sacude la cabeza con lástima.

―Ella es su próxima víctima. Se verán después de esto.

​​―No, no tengo ―Él sonríe satisfecho y las chicas vitorean eufóricas. ¿Cómo es que alguien con una piel tan impecable está soltero? Seguro que las chicas se pelean por estar a sus pies.

―¿Siguiente pregunta?

―¿Cuántos años tienes? ―pregunta tímidamente una morena.

«Estas preguntas no tienen nada que ver con Homewood».

―Veinte ―responde él, y ella se sonroja.

―¿Cuál es tu signo del zodiaco? ―suelta otra.

―Escorpio.

―¡¿Puedo verte sin camiseta?! ―grita una voz desde el fondo, y miro a mi alrededor para ver quién demonios ha preguntado eso. Vaya, ¿habla en serio? Estas chicas hacen que me corrobore en lo severamente introvertida y tímida que soy.

Blaze sonríe ante la petición y James también; negando con la cabeza le entrega su amigo el micrófono.

Lentamente enrosca los dedos bajo el dobladillo de su sudadera negra y empieza a levantársela despacio. Las chicas gritan enloquecidas, una morena que está delante de mí casi me golpea directamente en el ojo con su mano.

Tia intenta no reírse mientras me arrastra con seguridad a su lado. Es una estampida alocada, y me aferro al costado de Tia para no ser atropellada por los pies de todas esas chicas.

―¡Quítatela! ¡Quítatela! ¡Quítatela! ¡Quítatela! ―cantan, y April pone los ojos en blanco, molesta, y se mete un dedo en la oreja.

―Está bien. Me la quitaré ―Blaze se ríe―. Allá voy... ¡Redoble de tambores, por favor!

James se ríe y tamborilea con los puños contra el tablero de fondo del escenario improvisado, haciendo que el público grite emocionado.

―¿De verdad se va a quitar la camiseta? ―le pregunto a April por encima de los gritos, y ella se ríe.

―Créeme, Blaze hará mucho más que eso.

―Incluso se quitará los pantalones ―Se ríe Tia.

―Oh chico... ―murmuro mientras él se quita rápidamente la tela por encima de la cabeza, provocando que la multitud aclame más fuerte mientras hace girar su sudadera en el aire, acompasando el movimiento con su cintura.

Sin querer, mis ojos se centran en su pecho e identifican las firmes hileras de abdominales que recubren su bronceado vientre.

Mi boca se abre mecánicamente, aturdida, pero las advertencias que había recibido se abren paso a través de la espesa dopamina que nubla mis pensamientos.

«No dejes que se te acerque».

Parpadeo y miro a April.

―Vaya, es valiente ―comento, y las chicas se ríen.

Su personalidad es interesante. Yo soy todo lo contrario a él. Reservada, callada y poco sociable. Él es franco y aventurero. Todo lo que yo nunca seré y todo lo que secretamente desearía ser.

Blaze pone fin a su desenfadada actuación y baja del escenario de un salto. Los ojos de las chicas le siguen con avidez mientras James se queda arriba.

A medida que avanza hacia nosotros, la ansiedad se apodera de mi estómago.

Creo que esto es lo que pasa cuando creces manteniéndote alejada de los chicos. No solo te intimidan, sino que uno muy guapo puede hacer que tu corazón se acelere.

Me agarro al dobladillo de mi jersey y su embriagador aroma vuelve a inundar el aire húmedo cuando se detiene frente a nosotras. Sigue sin camiseta y trato de mantener la mirada alta y alejada de su torso definido.

―¿Te ha gustado mi actuación? ―pregunta. Lo plantea como una pregunta universal, pero discierno que va dirigida a mí, ya que sus ojos azules cristalinos se posan en los míos, verdes y nerviosos.

Trago saliva, y él levanta la ceja mientras se muerde el labio inferior.

Sus ojos son como un océano sin fondo, que te absorbe y te hunde cada vez más...

April me agarra rápidamente del brazo y me empuja detrás de ella.

―Se acabó la noche, Blaze.

Se ríe entre dientes, y la diversión brilla en sus intensos orbes mientras mira a su prima.

―¿En serio, April?

―Sí, en serio. Los dos sabemos por qué deberías dejarla en paz.

Dice la última afirmación casi en un susurro, pero yo la oigo igualmente. Mi curiosidad pica una vez más, pero Blaze vuelve a hablar, sacándome de mi coyuntura mental.

―Vale, de acuerdo ―Levanta las palmas de las manos y luego inclina la cabeza para mirarme, colocándose detrás de April casi como un niño que se agarra al dobladillo del vestido de su madre.

―Nos vemos, chica guapa.

Sonríe y camina de nuevo hacia el escenario, y miro para ver a Tia y a Yuna mirándome ​​fijamente.

―Te ha echado el ojo ​​―Tia sonríe, moviendo la cabeza con lo que parece ser aprensión―. Aléjate de él, Harmony.

Entrecierro los ojos.

«¿Me ha echado el ojo? ¿Qué significa eso?».

―¿Echarme el ojo como... Que le gusto? ―pregunto, y las amigas de April se ríen, haciéndome arrugar las cejas ignorantemente.

―A Blaze no le gusta nadie más que él mismo ―aclara Yuna―. Si podemos hablar sin rodeos, solo quiere llevarte a la cama. A eso nos referíamos.

»Sé que está bueno... Malditamente bueno... Pero no dejes que la sonrisa te engañe. Es un demonio disfrazado.

―Basta ―dice April, y levanta las palmas de las manos―. Estoy cansada, ¿estáis listas para que nos vayamos a nuestros dormitorios o no?

Nunca he estado más preparada en toda mi vida. Ha sido una noche extraña, desde una inusual fiesta de orientación hasta un chico guapo mordiéndose el labio mirándome con ojos espeluznantes.

Me vendría bien descansar.

I’ve been watching you for some time (Llevo un tiempo observándote)

Can’t stop staring at those oceans eyes (No puedo dejar de mirar esos ojos oceánicos)

Burning cities and napalm skies (Ciudades en llamas y cielos de napalm)

Fifteen flares inside those ocean eyes (Quince bengalas dentro de esos ojos oceánicos) ―Billie Eilish.

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